jueves, 5 de julio de 2012

Echar los traidores


En el PRD no debemos permitir ser confundidos por la falsedad

BONAPARTE GAUTREAUX PIÑEYRO

Un amigo me criticaba, hace 30 años, porque decía que mi único tema era la cuestión moral. Años después, ese mismo amigo, comenzó a trillar el mismo camino: la inmoralidad vuelve a estar de moda, de manera cíclica y sufrimos sus manifestaciones. ¿Qué se puede esperar de un país cuyo liderato está profundamente corrompido?

Discutíamos en la librería La Trinitaria sobre el surgimiento de Trujillo.

Sostengo que Trujillo no fue una causa, fue un efecto.

Trujillo fue la cabeza visible de un grupo de jóvenes intelectuales mulatos que carecían de posibilidades de acceder a posiciones públicas de importancia que les permitieran contribuir al desarrollo y modernización de la sociedad dominicana.

En lo físico, el largo gobierno de Trujillo y sus conmilitones significó en ocasiones un salto con las botas de las siete leguas, lo cual contribuyó a la modernización del país.

Después de consideraciones en pro y en contra y del surgimiento de opiniones dispares, convinimos, aunque no lo dijéramos con esas palabras que la gran derrotada durante el trujillaje fue la escala moral.

Durante el tiempo de gobierno del tirano, por una y otra causa el país se prosternó ante el hombre que intentó convertir la traición, el engaño, el robo, la sinvergüenzada, el chivateo y la adulación extrema, en virtudes ciudadanas que merecían el elogio del mandante y de su corte de enanos mentales, deslumbrados por las migajas que les permitían malvivir.

Si vivir sin Patria es vivir sin honor, vivir sin dignidad es arrastrar la existencia entre el lodo y la abyección.

Los tiempos se parecen de tal modo que, como dijo el filósofo, la historia se repite como comedia o como tragedia.

En este tiempo vivimos una tragicomedia que intenta mezclar la moral y la poca vergüenza, como si fuera posible.

Uno y otro día sale a la calle un vendedor de ilusiones que intenta engañar a todos aplastándolos con dinero o mintiendo descaradamente, aliado  oculto de los enemigos de su grupo. Ello es lo que permite que quienes arrojan la piedra acusen a los demás por su acción indebida.

Se intenta confundir con el respaldo de los medios y comentaristas genuflexos, quienes intentan hacer brillar la traición como un bien pulido diamante.

¿Qué es la traición? La  falta que se comete quebrantando la fidelidad o la lealtad, la acción emprendida para dañar, con simulación y engañó, su propio grupo. Actuar alevosamente, faltando a la lealtad o confianza.

En el PRD no debemos permitir ser confundidos por  la falsedad y la alevosía, la deslealtad, la traición, ocultadas entre palabras huecas dichas con ánimo de engañar, fingiendo o imitando lo que no es. La hipócrita y la falsedad no caben ¡fuera los traidores!

Santo Domingo, R.D., jueves, 05 de julio de 2012.


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