lunes, 9 de julio de 2012

Importancia histórica de julio


CRÓNICA DEL PRESENTE 
Euclides Gutiérrez Félix 

Enero, febrero, marzo, abril, julio y agosto, son meses íntimamente ligados a la verdadera historia de la soberanía del pueblo dominicano. Enero, porque el 26 de ese mes, en el siglo XIX, nació Juan Pablo Duarte, patriota revolucionario, anticolonialista y teórico fundador de la República. Febrero, porque en él se proclamó el día 27 de 1844, el nacimiento de la República que habían concebido los republicanos trinitarios. Marzo, porque en ese mes, en 1844, el día 19, se libró en Azua la batalla que consolidó la independencia nacional. Abril, porque el 24 de ese mes en 1965, se inició el Levantamiento Militar Constitucionalista, que es uno de los dos grandes episodios político, republicano y militar de nuestro pueblo en el siglo XX. Julio, porque el 12 de ese mes, en 1865 y en 1924, se retiraron de territorio dominicano las tropas españolas derrotadas en la guerra de La Restauración y las tropas estadounidenses que habían intervenido el país en 1916.

El otro mes de extraordinaria importancia es agosto, porque en el 16 de ese mes, en 1863, en Capotillo, izaron los patriotas la bandera dominicana y proclamaron la guerra a muerte contra España. ¡Qué historia tan hermosa, viril, rebelde, militante y valiente, es la historia del pueblo dominicano! Es el único país de América, desde el inicio de la colonización española, que ha peleado cinco veces con tropas extranjeras en su propio territorio. Caonabo y Mairení cruzaron la isla a pie y asaltaron el Fuerte de la Navidad, que construyó Colón y lo dejó con cuarenta hombres bajo el mando de Diego de Arana. Después, a partir de 1519, Enriquillo encabezó y dirigió un levantamiento contra las autoridades coloniales españolas y lo venció en un periodo de tiempo de quince años. El fue el fundador de la escuela militar dominicana, a la cual se sumaron después los negros cimarrones, encabezados por Diego Guzmán, Juan Vaquero, Diego de Ocampo y Sebastián Lemba.

El coronel glorioso de Abril, Francisco Alberto Caamaño.

Fue en territorio de la isla de Santo Domingo, o La Española, como la llamó Colón, en 1655 que los criollos españoles blancos, mulatos y negros, derrotaron las tropas de la expedición de Penn y Venables enviada por Oliverio Cromwell, jefe de la monarquía británica, convirtiéndose esa derrota en la más grande humillación militar que ha recibido el pueblo inglés en toda su historia. Años después, en Palo Hincado, derrotamos a los franceses; y más tarde, durante once años a partir de 1844, derrotamos a los haitianos. Enfrentamos, en 1965, a los yanquis, bajo la jefatura política de Juan Bosch y la militar de Francisco Caamaño Deñó. Ahora, en julio, mes de extraordinaria importancia debemos recordar estos episodios que nos obligan a saber y a tener conciencia de dónde venimos y hacia dónde vamos sin traicionar jamás de quienes hemos heredado estas páginas hermosas de dignidad y valentía, que nos distinguen como pueblo soberano de Hispanoamérica. 

Santo Domingo, R.D., lunes, 09 de julio de 2012.

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