AM. De Diario Libre
Es posible que sea un defecto de nuestra formación, o un hábito forjado por la costumbre de los poderosos criollos que pensar que son los dueños del mundo, pero la realidad es que en todas las disputas en que somos demandados ante tribunales internacionales, salimos por la puerta de la derrota.
Frente al último papelazo ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, se han levantado voces pidiendo que debemos salir de una institución que siempre "nos ataca", es decir, que está parcializada contra nosotros.
Si por derrotas es, también tendremos que salirnos de la Organización Mundial de Comercio y de las diferentes instancias de arbitraje internacional, en todas las cuales nos han dado pelas de calzón quitado.
No se puede tapar el sol con un dedo. Nuestra falta de institucionalidad, la ausencia de seguridad jurídica y las trapisondas que hacemos para proteger intereses y criminales favoritos, son los culpables de que nos vaya tan mal cada vez que nos demandan.
Si hiciésemos las cosas bien, nada pasara.
Si en el último caso que nos ocupa, el de la muerte de varios haitianos que viajaban en una camioneta cerca de la frontera, la patrulla que disparó hubiese sido sometida a los tribunales civiles, como mandaba el caso, y se hubiesen cubierto todos los ángulos del debido proceso, la Corte no hubiese tenido otra opción que darnos la razón.
El mejor antídoto contra la injerencia foránea, es la virtud doméstica, de acuerdo a la frase de Márquez Sterling. Es lo que nos falta.
Santo Domingo, R.D., viernes, 06 de julio de 2012.
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