Pedro P. Yermenos Forastieri
“Pedro Pablo no nos perdona que hayamos extraviado el camino que nos trazó don Juan, es muy severo en su columna de El Nacional”, dijo el funcionario con quien coincidí en el velatorio de un amigo. Me consta que se trata de un militante que ha sufrido porque tantas cosas no se hayan hecho como el PLD prometió, pero él defiende la tesis de que hay que luchar adentro y empujar para que se retome el rumbo primigenio.
Esa es una posición que yo respeto y comparto, hasta el punto que mi renuncia del partido se retrasó bajo la expectativa de que corrientes de pensamiento con las cuales me identificaba, no cejarían en sus esfuerzos por preservar las características de una organización fundada bajo la consigna de lograr la liberación de la sociedad dominicana en un contexto de auténtica democracia y justicia social, con transparencia y enfrentada sin vacilación a la corrupción pública y privada.
Juan Bosch durante el acto en que juro como el primer presidente democrático de Republica Dominicana tras 30 anos de dictadura de Rafael L. Trujillo.
No obstante, al comprobar la unificación casi absoluta que se produjo en torno a la abdicación de principios fundacionales, lo cual ha ido reafirmándose a través de gestiones gubernamentales que no han combatido como debió ser los grandes problemas nacionales y que se han adherido a los paradigmas tradicionales del ejercicio público, decidí salir y he confirmado que mis conclusiones de entonces fueron correctas y que no valía la pena arrimar el hombro a una entidad que no persigue los propósitos que motivaron mi ingreso a sus filas.
Ahora bien, eso no quiere decir que asuma una posición fanatizada y esté apostando al fracaso del PLD porque eso es atentar contra mi propia patria y, en consecuencia, contra mí mismo. Estoy más pesimista que optimista ante un porvenir confiado a las mismas manos y a idénticas ideas, sin percibirse ninguna crítica ante tantas circunstancias rechazables, pero juro que estoy dispuesto a impulsar desde mis realidades todo lo que se haga en interés de enderezar entuertos inocultables.
Danilo Medina jura ante el presidente Leonel Fernández como candidato presidencial del PLD.
Vislumbro que Danilo Medina se interesaría en colocar su sello y eso, por sí mismo, constituye una esperanza en tanto puede significar tomar distancia de políticas públicas y actitudes responsables de haberse obtenido tan malos resultados, no tan solo en los gobiernos del PLD, sino en los anteriores. Porque ahí ha estado el problema, nadie se ha atrevido a marcar la diferencia, salvo Juan Bosch, horriblemente imitado por quienes estaban llamados a secundarle. Si Danilo se atreve, cuenta conmigo.
Santo Domingo, Rep. Dominicana, martes, 14 de agosto de 2012.
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