Danilo Cruz Pichardo
Muchos abogaban por la cancelación del gabinete completo de Leonel Fernández. Y observan una incongruencia entre el discurso pronunciado por el presidente Danilo Medina y las primeras designaciones que hizo.
Su discurso de toma de posesión llenó las expectativas de la población en más de un 90%, pero al conocerse en su gabinete caras viejas, del anterior gobierno, la aprobación empezó a desvanecerse. Naturalmente, para sus fines políticos fue atinada la decisión de no cancelar a sus compañeros del Comité Político.
Las opiniones sobre el discurso y las designaciones del nuevo mandatario han copado los medios de comunicación y las redes sociales. El grueso de los juicios gira en torno a lo que dijo y a lo que hizo. Pocos se han detenido a valorar lo que no dijo y dejó de hacer.
Recuerdo que Juan Bosch decía que en política hay cosas que se ven y otras que no se ven; y las que no se ven a veces son más importantes. Pero algo más: decía Winston Churchill que “El político debe ser capaz de predecir lo que va a ocurrir mañana, el mes próximo y el año que viene…”
Danilo Medina es político y lo que no dijo en su juramentación es porque no lo hará o sencillamente porque ese no era el escenario o el momento (podrían ser ambas cosas) para expresarlo. Pero hay que analizar muchos aspectos que no tocó.
¿Y por qué repitió con sus compañeros del Comité Político? Por la razón de que no se tirará en contra a la dirección completa de su partido. Su posible disputa futura es con Fernández, no con esos dirigentes, de los que políticamente no puede prescindir, aunque para consumo externo lo pertinente hubiese sido iniciar con nuevos rostros.
Santo Domingo, R.D., domingo, 19 de agosto de 2012.
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