HAMLET HERMANN
Danilo Medina asumió la Presidencia de República
Dominicana y las predicciones sobre cómo gobernará el país, no se hicieron
esperar. Amigos y adversarios opinan en
función de sus deseos y prejuicios. Pronosticar el futuro no es una asignatura
que alguien pueda asegurar que ha aprobado. Unos y otros, pudieran tener razón
en sus opiniones así como podrían estar totalmente equivocados.
Me picó entonces la curiosidad por saber cómo yo
había opinado en cada cambio de gobierno en las tres décadas recientes. Como
referencia, revisé mis artículos periodísticos, tratando de descubrir aciertos
y errores.
Salvador O. Jorge Blanco.
En 1986 escribí: “hemos despedido a Salvador Jorge
Blanco con un suspiro de alivio, cuando no con un ¡zape! Establecí que “muy difícil es la situación en
que los perredeístas han dejado las arcas del Estado, al mismo tiempo que los
mercados internacionales no son favorables”. Pronostiqué entonces que “los
reformistas buscarían enterrar al PRD”, haciendo un gobierno relativamente
diferente, acelerando la circulación del dinero en manos del pueblo. Y no lo
hicieron.
Joaquín Balaguer Ricardo.
En 1994 los reformistas, “enriquecidos a la
carrera, muerden como hicotea los mecanismos del poder para no entregar,
voluntariamente, lo que tan fácil les ha llegado en un gobierno en el que
predomina la impunidad”. Y en cuanto a los peledeístas escribí entonces: “por
el otro lado de la rosca están los que, supuestamente en la oposición a
Balaguer, entienden que para llegar a un cargo público, tienen que renegar de
lo que tanto han pregonado. Esos tienden a ser más exagerados que los propios
balagueristas en los ataques al enemigo común de este momento (el PRD)”.
Leonel A. Fernandez Reyna.
En 1996, me forjé ilusiones con Leonel Fernández
cuando escribí: “Creo que para lograr la verdadera gobernabilidad, el nuevo
Presidente cuenta con una habilidad como la de Juan Bosch de 1962: la forma de
comunicarse con el pueblo y lograr su apoyo.” Confiando en la buena fe de
Leonel dije: “Por supuesto que uno tiene que entender que es tanto lo que ha
sido arruinado este país durante la década reciente que, antes de empezar a
construir lo mejor, hay que desarticular lo peor”. Y no lo desarticuló.
En el 2000, después del frustrado experimento de
fusión peledeísta=balaguerista, hice un llamado a no evaluar con mucha severidad. Decía: “no hay que olvidar que de las
transiciones en el cuadro presidencial, ésta ha sido la más pacífica y la menos
traumática, luego del gacetazo de 1978, el sacrificio de Guzmán, el carcelazo
de Jorge Blanco y los reiterados fraudes electorales de Balaguer”.
En el 2004, consideré que “muchos dominicanos
tienen más esperanzas depositadas en Leonel Fernández para que, por lo menos,
frene la crisis que sufre el país. Además, esos sabrán de sobra que no puede
desperdiciarse un minuto ante la magnitud de la debacle”. Y me equivoqué.
Defraudado hasta los extremos, en el 2008
publiqué: “por enésima vez, el presidente Leonel Fernández contrae el compromiso de ejecutar un Plan
Estratégico Nacional de Ética y Sanción de la Corrupción. Lamentablemente, los resultados de promesas
anteriores solo han conducido a la pérdida de credibilidad. La corrupción no
parece molestar a las autoridades a cargo de esa responsabilidad”.
Danilo Medina Sánchez.
Hoy en el 2012, luego de tres décadas en que
diversos estilos han primado en la Presidencia, podemos concluir que cada
gobierno que hemos soportado, ha sido peor que el anterior. Para los
dominicanos eso no necesita demostración. Ahora toma posesión Danilo Medina,
coincidente políticamente con Leonel Fernández a pesar de sus estilos. Asume la
posición de “pitcher tapón”, el lanzador relevista que tiene la misión de que
su equipo continúe manteniendo el “score” y evitando que los adversarios anoten
carreras. Como considera que está ganando el juego, Danilo mantiene la misma
alineación que han mantenido hasta ahora.
De lo que tiene que cuidarse es de que no se le
esté considerando sólo como relevista intermedio, dado que la Vicepresidenta
podría considerarse “la cerradora”. Por eso, no le queda más remedio que
apretarse el cinturón y hacer saber que no es muñeco de nadie.
Y, a veces, recordar que hay un pueblo azotado por
la corrupción y la impunidad, que sufre hambre, ignorancia y discrimen gracias
a los gobiernos que sus nuevos millonarios han aplicado.
Santo Domingo, R.D., lunes, 20 de agosto de 2012.
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