ROSARIO ESPINAL
Los políticos dominicanos tienen cara dura. Aumentan
persistentemente los gastos del gobierno, cobran impuestos, y tan pronto se
acaba el dinero vuelven a la carga con más impuestos. Veamos el caso del
Impuesto a las Transferencias de Bienes Industrializados y Servicios (ITBIS).
Se estableció en 1983 durante el gobierno de Salvador
Jorge Blanco en un 6% con el nombre ITBI porque no incluyó los servicios.
Aquellos fueron tiempos de crisis económica y negociación con el Fondo
Monetario Internacional (FMI). El descontento popular produjo revueltas que el
gobierno reprimió.
En 1992, Joaquín Balaguer aumentó el ITIBS a 8% y amplió
la base para incluir los servicios. Buscó un acuerdo con el FMI después de
varios años de déficits públicos, alta inflación, protestas y huelgas
nacionales convocadas por el Colectivo de Organizaciones Populares.
Posteriormente el movimiento social se desintegró.
En el gobierno de Hipólito Mejía, el ITBIS se aumentó a
12%, y en el segundo gobierno de Leonel Fernández a 16%. En ambas ocasiones el
pueblo se tragó el purgante.
Como se ve, todos los presidentes desde Jorge Blanco han
aumentado el ITBIS, y además, han establecido o aumentado otros impuestos. Por
ejemplo, entre 2005 y 2011, Leonel Fernández realizó varias reformas tributarias
para recaudar más dinero que no incluyeron el ITBIS.
Estos impuestos, junto a los préstamos,generaron mucho
dinero al gobierno de Fernández y permitieron aumentar vertiginosamente el
presupuesto nacional, la empleomanía pública y los sueldos lujosos. El Producto
Interno Bruto (PIB) creció significativamente, pero ese crecimiento se
distribuyó muy mal. Por eso es erróneo argumentar que la carga fiscal
dominicana es baja. Los pequeños salarios de la mayoría de la población y la
pequeña clase media contributiva no aguantan un Estado expansivo y derrochador.
Muchos recursos públicos se han utilizadopara engordar la
clase gobernante, casta privilegiada que siempre se mantiene impune, y para
realizarcostosas campañas electorales, incluida la de 2012 que llevó a Danilo
Medina al poder.
Ahora el Presidente Medina le dice al pueblo que necesita
dinero para pagar las deudas y no quedarse con los brazos cruzados.
En la campaña electoral dijo que se oponía al aumento del
ITBIS y ahora pretende llevarlo a 18%, ampliar los productos sujetos a este impuesto, y aumentar una amplia
gama de otros impuestos.
Mejor sería que utilizara sus brazos para quitarle a los
que se han enriquecido, porque lo que busca arrancarle al pueblo con nuevos
impuestos, no se lo devolverán jamás en beneficios reales, a pesar de la
cacareada Estrategia Nacional de Desarrollo.
Pero vislumbro, lamentablemente, que el gobierno aprobará
la reforma impositiva propuesta sólo con ligeras modificaciones, porque el
pueblo dominicano vive en la total orfandad política. Nadie lo representa.
El PLD controla todos los poderes del Estado a su manera,
no hay partidos con credibilidad en la oposición, no hay organizaciones
sociales fuertes para enfrentar el gobierno, y no hay movimientos sociales con
capacidad de convocar protestas de amplia aceptación. Además, unos cuántos
jerarcas bendecirán la reforma y voces aliadas en los medios de comunicación la
justificarán.
El PLD y su coalición política seguirán desfalcando el
Estado, y al pueblo le ofrecerán tarjetas de solidaridad para convertir más
personas en miserables clientes del gobierno.
Subir el ITBIS al 18% y ampliar la cantidad de productos,
junto a otros impuestos propuestos, constituye una bofetada al pueblo
dominicano por parte de un Estado que no ofrece casi nada bueno a cambio: ni
educación, ni salud, ni seguridad ciudadana. Se endeuda y endeuda, y siempre
vuelve a pedirle sacrificios al pueblo. ¡Cuánto abuso! ¡Cuánta orfandad
política! ¡Qué cachaza!
Santo Domingo, R.D., miercoles, 10 de octubre de 2012.
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