Arturo Martínez
Moya
Otro argumento del gobierno que carece de fundamento es
que si el gasto se reduce en RD$59 mil millones como plantean los hombres de
empresa, la economía entra en recesión en el 2013. La verdad es que el Conep lo que hace es sugerir que se aumente
el presupuesto en 20 por ciento respecto al 2011, eliminando el clientelismo y
el gasto de corrupción que nada aporta a la producción y el empleo.
No habría recesión si el gasto se reduce en el monto
mencionado (12.4%) respecto a lo que quiere el gobierno (RD$469 mil millones).
Las estadísticas (2005-2011) indican que si el gasto se expande uno por ciento,
la economía aumenta 0.20 del uno por ciento.
Es decir, aún con la reducción la economía crecería 4.3%,
un nivel parecido al objetivo (4.5%) anunciado por el Presidente Medina. La aritmética:
crecimiento promedio del periodo menos la reducción de la economía por el menor
gasto de 12.4 por ciento. A propósito, los que hablan de recesión deberían
tener una buena explicación de porqué la economía creció 3.5% mientras el gasto
se redujo 8%, ambos en el 2009. Explicar ¿porqué no hubo recesión en el 2009?
La estrategia del gobierno es equivocada al pretender un
presupuesto contra cíclico teniendo pendiente una negociación con el FMI,
porque los ingresos tributarios del 2013 crecerán 7.3% según la tendencia del
ciclo (crecimiento esperado del PIB más la inflación). ¿Cómo pretende armonizar
ingresos cíclicos y gastos contra cíclicos? Cuenta con los impuestos directos,
indirectos y medidas administrativas en la DGII que acaba de aprobar el Senado
por 46 mil millones de pesos, un ajuste de 1.9% del PIB, además de nuevas
deudas con la banca local y el mercado internacional de capitales. El problema
es que todavía tendría un déficit de 90 mil millones de pesos, inaceptable para
el FMI.
Los nuevos impuestos aumentarán todos los precios,
reduciendo el consumo, la inversión, la economía real y la recaudación
esperada. La entrada de divisas podría reducirse por menores exportaciones de
bienes y servicios, aumentando la tasa de cambio y el gasto por servicios de la
deuda externa, por lo que no está claro ex ante el balance neto que entregaría
la reforma.
Las menores ventas externas se producirían porque, no
obstante la devaluación del peso, ésta sería en menor proporción respecto a la
inflación, lo que implicaría una reducción del tipo de cambio real,
produciéndose lo que los economistas llaman apreciación real, que se traduce en
pérdida de competitividad de los exportadores.
Como la política de exceso de gastos genera déficits e
intereses por deuda, no obstante la reforma impositiva, el gobierno
estaría extendiendo la actual crisis
macroeconómica y sus consecuencias. Es decir, por haber aprobado un presupuesto
con excesivos gastos para el 2013, el Fondo Monetario Internacional hará
exigencias muy duras para que cuadren los números.
Lo lamentable es que no tenemos instituciones y jueces
independientes, que puedan establecer un orden fiscal, que pongan freno a los
políticos. Para en un futuro parecernos a los países de verdad, que se permiten
déficits para evitar recesiones y superávits en las etapas buenas, cerrando con
presupuesto equilibrado en el mediano plazo.
Santo Domingo, R.D., lunes, 05 de noviembre de 2012.
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