Por Milagros Ortiz
Bosch
Hace algunos años en medio del debate electoral presidencial de los Estados Unidos
un candidato tuvo que recordar a su oponente “Oye, es la economía”.
Y aunque ningún documento propuesto o contra propuesto
sobre la reforma tributaria sometida por
el actual gobierno lo ha mencionado, el
déficit fiscal que nos afecta es de carácter electoral.
En las propuestas
y contra propuestas de reforma tributaria, cualquiera que fuere el nombre con
que ésta se bautice, o el grupo social, empresarial o de intereses que la
pronuncie, no se explica con claridad y
sin rodeos el papel importante que en su desbordamiento han tenido las pasadas
elecciones.
La razón real de un
déficit fiscal del 8% del PIB que
se concretiza en 187 mil millones de pesos, nada tuvo que ver con la crisis
europea, ni con las hipotecas basuras de los Estados Unidos, ni la crisis del
Medio Oriente, ni con la desregulación
neoliberal que nos llevó el Consenso de
Washington, ni los precios de los combustible y las materias primas, ni mucho
menos con las burbujas de cualquier naturaleza, ni las quiebras bancarias.
Leonel Fernández.
De todos esos eventos el Presidente Leonel Fernández nos dijo que estábamos blindados. De lo que no pudimos blindarnos fue de su
manejo de las finanzas púbicas y su pragmatismo en el uso del poder.
En la República Dominicana esta dislocación de las
finanzas públicas tiene origen electoral. Se organiza en la búsqueda,
conservación y continuidad del ejercicio del poder y en el convencimiento de
que solo una descontrolada inversión, podría
evitar que la voluntad
democrática se impusiera. Sobre todo si
otros la pagarían.
Y esta no fue una práctica exclusiva del proceso
electoral de este año, ya venía
ejecutándose en las elecciones del 2008 y 2010. Los déficit acumulados
sobrepasan los 400 mil millones de pesos. Podría ser un estilo del PLD.
Por eso resulta extraño que al debatir sobre el déficit, discutir estabilidad y
desarrollo, al evadir el origen
electoral del déficit, se nos olvida
demandar la reforma electoral que
necesitamos para romper el círculo vicioso de deterioro de la
constitucionalidad financiera con los procesos electorales, como si la
democracia fuera sinónimo de desorden, y
los recursos públicos instrumentos para
deteriorar la igualdad de derechos que
debe acompañar al sistema.
Leonel en campaña pro Danilo Medina.
Porque si el médico no tiene diagnóstico,
difícilmente receta con propiedad. Así
que pongámonos de acuerdo organizaciones sociales, empresariales y políticas
para decirle al gobierno: “Oye, fue el proceso
Electoral”.
Santo Domingo, R.D., lunes, 05 de noviembre de 2012.
No hay comentarios:
Publicar un comentario