Fernando Álvarez
Bogaert
Acaba de concluir una campaña política electoral en
Estados Unidos que se inició en 2009, en medio de la segunda crisis económica y
financiera más grande del siglo XX, con el grito de guerra del senador
republicano Mitch O’Connell, cuando expresó que el único propósito de su
partido era derrotar a Barack Obama en el 2012. Realmente, fueron cuatro años
de guerra social y económica.
Los Republicanos se centraron en reducir el déficit en
base a drásticos recortes sociales, defendiendo la gran reducción de impuestos que el expresidente Bush
concedió a los billonarios (quienes pagan menos porcentaje de impuestos que sus
secretarias). Los demócratas, por su parte, propugnaban por la eliminación de la reducción de impuestos a
los billonarios y que se aplicaran modestos recortes sociales cuyo monto se ha
duplicado de 1955 al 2011.
Es evidente que Estados Unidos tiene que enfrentar el
déficit - país donde se penaliza severamente la utilización de dinero aprobado
por el Congreso para fines específicos y que se desvíen para otros fines - a
corto y largo plazo.
A corto plazo:
Tiene que enfrentar, decidida e inmediatamente, la
denominada “pendiente fiscal” (fiscal cliff) ¿Cómo ocurrió esta pendiente
fiscal? durante los últimos diez años, Estados Unidos trata los problemas del
tope de la deuda (la deuda cada vez que llega un tope debe ser aprobada por el
Congreso) y el déficit con medidas transitorias, las cuales tienen que volver a
aprobar en un tiempo definido. Veamos:
- La reducción de impuestos de Bush (dividiendo entre los
que ganan más de 250,000 dólares al año y los que ganan menos) caduca el 31 de
diciembre de 2012. Los Republicanos quieren que se le apruebe a todos; los demócratas, a los menos ricos.
- Se aprobó una reducción automática de gastos que, si no
se modifica inmediatamente, entra en vigor el 21 de diciembre del año
2012.
Barack Obama.
A largo plazo:
Estas dos medidas representan 500,000 millones de
dólares, y las proyecciones, si las mismas se implementan, llevarían a Estados
Unidos a la recesión con todas sus consecuencias en la economía mundial. Es
natural que enfrentar, con éxito, este “fiscal cliff” es absolutamente
fundamental.
- Obama y los republicanos tienen, en adición, que
realizar fuertes cambios estructurales que vigoricen fuertemente la industria
manufacturera (hace 20 años el 21% de los empleos en los Estados Unidos eran
manufactureros, los cuales son bien remunerados, actualmente solo el 9% son
manufactureros), así como mejorar la infraestructura, detener el incremento
exponencial de los costos de la salud, etc.
- En adición, tendrá que manejarse con la crisis de la
eurozona, la situación revolucionaria de los países medio oriente, la crisis de
Irán con Israel y el traspaso a la
quinta generación de líderes en China, los cuales tendrán que administrar una
formidable nación que ha crecido 10% por año en los últimos 30 años; pero
tiene, además, que emprender fuertes reformas en su modelo económico y social
puesto que sus enormes inversiones, fruto de un ahorro de casi 50%, está
creando un extraordinario exceso en su capacidad industrial instalada.
El presidente Obama está operando desde el punto de vista
económico en un ambiente de gran incertidumbre. En otras palabras, en una
situación parecida a la descrita por el profesor de matemáticas de la
Universidad de Temple, Dr. John Allen Polson, describiendo un modelo matemático
con variables inestables. El dijo: “la más grande incertidumbre es la misma
certidumbre, aprender a gerenciar la inseguridad es la única forma de gerenciar
la seguridad”.
Es fundamental para la muy débil economía mundial y la
nuestra (tan abierta y tan dependiente de la economía norteamericana) que Obama
enfrente con éxito este complejo desafío.
Santo Domingo, R.D., miércoles, 14 de noviembre de 2012.
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