GUILLERMO CARAM
“Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo
mismo”. Albert Einstein, científico trascendente del Siglo XX.
Al escribir esta colaboración, la “reforma” seguía en el
Congreso la línea de retoques tinturados: modificándose ante reclamos de
sectores según fortaleza y compromisos al margen de ponderaciones
comprehensivas sobre efectos tributarios en políticas públicas -económicas,
sociales e institucionales– y rigiéndose por el monto de las recaudaciones que
sus arquitectos suponen lograrían para corregir déficits.
Aquella hermosa consigna presidencial del pacto, fiscal, definido por la RAE como “concierto
…que …convienen …entidades …que se obligan a …observarlo” quedó sepultada al
pretenderse atropellar su consecución en una semana de reuniones con el CES,
limitándose a lo mismo de siempre del PLDismo: consulta ritual para escuchar y
llenar formalidades establecidas en la constitución y leyes (END) evidenciando
que el propósito de aquellas lisureras previsiones de concertación
constituyeron simulaciones para granjear simpatías políticas. Por eso la
“reforma” se redujo a tributaciones, como siempre, obviando gastos susceptibles
de ser priorizados para corregir déficits.
El sistema tributario fue nuevamente preservado,
retocándose, en lugar de reformarlo estructuralmente. En lugar de simplificarlo reduciendo o
eliminando diferenciaciones estimuladoras de tasas discrecionales y procedimientos
diversos, éstas se multiplicaron ahondándose brechas mediante las listas de
siempre propensas a discriminaciones y privilegios, corrupción y evasión,
informalizadoras de economía y tributación.
Se sobreseyeron repercusiones macroeconómicas y sociales
de la tributación en esas listas. El Avtur para aviones turísticos se grava
menos que el gasoil para la agropecuaria. Antenas para parábolas siguen pagando
menos que hornos para cocinar. El vino y la cerveza recetados por salubristas
tributan un 16% más que otros alcoholes; mientras el yogur que aconsejan
médicos y nutricionistas pasa a ser gravado cuando la grasa amarilla, despojos
de animales y vegetales, tripas artificiales y sintéticas para embutidos siguen
exentas como para que PROCONSUMIDOR siga rasgándose sus vestiduras perjudicando
a productores y exportadores que lo denuncian.
Se sigue con cambios de reglas para iniciativas
empresariales, suspendiendo incentivos instituidos, restando credibilidad a
futuros compromisos estatales.
Siguen desconociéndose principios económicos como la
disminución de demanda, compras y ventas, provocada por precios incrementados
por mayores impuestos; la mayor evasión que producirán mayores y diferentes
tasas; el efecto de menos ventas en la producción y el de ésta en el empleo,
constituyéndose espirales reductoras de capacidad de compra y recaudaciones.
Sigue proyectándose ilusiones quiméricas como la
imposición a vehículos en función del CO2 emitido sin que dispongamos de cultura y capacidad para
implementarlo y la manipulable “paridad de importación” seguirá rigiendo
precios y tributos de combustibles.
Al hacer lo mismo de siempre, los resultados serán los
mismos: Las recaudaciones caerán y los déficits
aumentarán.
Santo Domingo, R.D., domingo, 04 de noviembre de 2012.
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