Eduardo Álvarez
El fraude electoral ya desplegado por el PLD, más que atentar contra los candidatos del PRD, conspira contra la estabilidad y el bienestar de la nación. Propina un duro golpe a la democracia y a las instituciones que la sostienen. Estafa que comienza y se refuerza con el abierto uso de los recursos públicos en todo el país.
Si algo queda de credibilidad en nuestro sistema de partidos, ahora más que nunca se extingue. Tales abusos y atropellos llenan de pavor e impotencia a una población a punto de estallar. No se trata solamente del PRD, blanco principal del aluvión peledeísta que se llevar por delante a todo cuanto se le oponga. Como líder opositor este partido es, desde luego, la primera víctima.
La Constitución de la Republica, l ordenamiento legal y la Junta Central Electoral [JCE] han sido insuficientes para llamar al orden y detener el uso del erario en beneficio de los candidatos del PLD. Un escándalo tras otro, compitiendo desfachatez y m magnitud.
INDOTEL, regenteado aun ilegalmente por el candidato a senador por Espaillat, José Rafael Vargas, no se queda atrás. No conforme con utilizar recursos para favorecer sus aspiraciones y violentar la licencia que debió tomar, desacata una orden judicial que dispone la reapertura del canal 53, de Santiago, cerrado hace varias semanas de manera arbitraria.El candidato se niega a acatar la sentencia porque se cree, acaso, por encima de la ley como cree estarlo su partido frente a toda la nación, la el presidente Leonel Fernández y el PLD pretenden poner de rodillas. El escándalo de la Lotería Nacional apenas viene a confirmar y a engrosar un fardo de expedientes dignos de ser denunciados ante la opinión mundial y los organismos intencionales competentes.
Ante tales abusos y escándalos la sociedad se prepara a ponerse de pie para luchar por la salud de sus instituciones y para reguardar sus valores e historia. Situación ésta que debe, de igual forma, convocar al liderato económico y político nacional. Si este sistema colapsa los arrastra a todos.
Resulta sorprendente, sin embargo, que dirigentes de la categoría de Hatuey Decamps hayan perdido el norte, haciendo causa común con los responsables de ese fraude electoral en marcha. Parece haberse rendido en un momento en que la nación demanda de sus dirigentes estar alertas para defender la soberanía, la institucionalidad y la estabilidad. El PLD no haciendo más que violentar el actual proceso electoral. Pretenden obviar que la violencia genera violencia. Y que los dominicanos hemos resistido males peores males, de los que hemos salido airosos. Aun cuando los tiempos sean otros, nuestras raíces y raza permanecen inalterables. Son las mismas de las que pusieron fin a la ocupación haitiana y regímenes infames como los de Báez, Lilís y Trujillo.
Santo Domingo, R.D., martes, 11 de mayo de 2010
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