miércoles, 5 de mayo de 2010

PLD, amarró la chiva


Rosario Espinal

El PLD se dirige hacia un triunfo electoral sin precedentes en su historia política. Casi seguro aumentará su cuota senatorial, de diputaciones y municipal, según indican diversas encuestas.

¿Cómo ha logrado el PLD en 15 años ocupar este lugar en el escenario político dominicano? Hay diversas razones y enumero las principales sin orden de prioridad.

La primera es la capacidad que ha mostrado la dirección del PLD para mantener la organización compacta.

Originalmente, el grupo directivo estaba compuesto de viejos y jóvenes dirigentes con aspiraciones y viejas tensiones. Eso llevó a Juan Bosch a elegir un compañero de boleta en 1994 que parecía indefenso y conciliatorio, no representaba ninguna tendencia ni parecía tener grandes aspiraciones. Así se enroló Leonel Fernández en la política nacional

La segunda es que en 1996, Fernández se benefició del endoso de Joaquín Balaguer que pretendía cerrarle el paso a José F. Peña Gómez.

Aupado por Balaguer, Leonel Fernández se convirtió en el líder no sólo del PLD, sino también de la derecha dominicana, que se encontraba huérfana de dirección con Balaguer casi en la tumba, y un Partido Reformista incapaz de producir un nuevo y efectivo liderazgo. Cuando Balaguer murió en el año 2002, Leonel Fernández tenía en su hoja de vida un período de gobierno (1996-2000) y la unción de Bosch y Balaguer.
La tercera es que el PLD ha demostrado en sus gestiones gubernamentales tener la capacidad de mantener la estabilidad macroeconómica. En el debatir cotidiano dominicano hay una tendencia a disminuir la importancia de este factor en la política, porque la estabilidad macroeconómica no se traduce en prosperidad para la mayoría.

Pero la estabilidad macroeconómica genera un sentido de estabilidad general que, en un contexto de escasa organización y movilización social como el dominicano, genera conformismo político. El electorado tiende a apoyar el partido que produce la estabilidad, sobre todo, si la oposición ha resultado ser ineficiente en el manejo del gobierno como ha sucedido con el PRD.

La cuarta tiene que ver con la oposición partidaria. El PLD ha ascendido electoralmente de manera meteórica porque el PRSC ha descendido también de manera meteórica. El PRD, por su parte, ha demostrado gran incapacidad para organizarse internamente, producir un liderazgo nacional confiable, y generar ilusiones en la población.

La quinta es el liderazgo de Leonel Fernández, que compactó el PLD y abrió su diagrama político. Para compactar a los peledeístas, ha colocado de manera permanente en la administración pública a casi toda la dirección del partido. La mayoría de los peledeístas se benefician del Estado y devuelven el favor apoyándolo.

Para abrir el diagrama político, Fernández estableció fuertes lazos con la derecha y la izquierda dominicana y latinoamericana. La alianza partidaria del PLD incluye desde la Fuerza Nacional Progresista (FNP) hasta la Alianza por la Democracia (APD), y Fernández habla igualmente con Álvaro Uribe y Hugo Chávez.

La sexta es el nuevo Estado Dominicano. La corrupción y el clietelismo son viejos en la política dominicana, y han sido utilizados ampliamente por todos los partidos cuando han gobernado.

Ahora, además de esos mecanismos conocidos de enriquecimiento ilícito y cooptación, el gobierno ha establecido una extensa red de programas sociales que, en un país pobre y altamente clientelista, tienen también un efecto electorero. Los pobres que se benefician con una tarjeta solidaridad saben muy bien que hay muchos otros pobres que no la tienen y quisieran tenerla. Por eso los beneficiarios se aferran al partido que se las dio.

Así amarró el PLD la chiva para seguir en el poder más allá del 2010.

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