Eurípides A. Uribe P.
Rafael Leónidas Trujillo, mantuvo un régimen dictatorial y sanguinario durante treinta años. Él se sucedía en el gobierno después de elecciones “democráticas” en las que participaba un solo partido, el único del país, el Partido Dominicano, su plataforma política. Cuando no se postulaba, presentaba como candidatos a familiares o sus más leales servidores. Al final resultaba un presidente escogido con el instrumental democrático, manipulado a los fines de preservar la hegemonía de un solo hombre al frente o detrás del verdadero poder político y militar en el país.
Posteriormente, Joaquín Balaguer fue “electo” en cinco ocasiones. Nuestra generación conoce las traumáticas crisis que se produjeron en cada uno de los procesos electorales en los cuales participó. Su gobierno parecía reivindicar el modelo trujillista, pero con otros matices y protagonistas. También hubo asesinatos, persecuciones, encarcelamientos y destierros a los opositores. Los métodos empleados para la reelección provocaron que en alguna ocasión la oposición amedrentada, se retirara y le dejara solo en un proceso que obviamente culminaba con su “triunfo arrollador”. En otras ocasiones sus adversarios participaban con muy pocas probabilidades de triunfo, enfrentando una maquinaria gubernamental sostenida en los recursos del Estado volcados en el apoyo de la candidatura oficial y en todo tipo de maniobras fraudulentas para garantizar “el triunfo”.
En el año 1978, después de sortear una aguda crisis provocada por la resistencia del anillo balaguerista para reconocer su derrota, frente a una oposición decidida a no dejarse escamotear el triunfo, dirigida por José Francisco Peña Gómez y el Candidato Antonio Guzmán Fernández, se le pudo dar fin a una primera etapa del neotrujillismo del gran caudillo del Partido Reformista.
Para salir de Trujillo, la sociedad dominicana, desde que se percató de la naturaleza dictatorial de su régimen, comenzó el proceso de oposición que requerían las circunstancias. La intolerancia del régimen, no admitía la oposición democrática, pero la alternativa de los movimientos clandestinos, era un recurso imposible de impedir por la tiranía. En este intento, corrió la sangre valiosa de una gran cantidad de jóvenes patriotas comprometidos con la democracia y la libertad. El 30 de mayo de 1960 significó la culminación de un proceso de oposición valiente y decidida.
Con Joaquín Balaguer sucedió lo mismo. Decenas de jóvenes muertos, torturados y desterrados por razones políticas, eran expresión de la determinación de los dominicanos para terminar con un régimen que se mantenía con la intimidación, el engaño y la falsa en los procesos electorales. La oposición aguerrida que en 1978, encabezó el Partido Revolucionario Dominicano, pudo dar al traste con las intenciones de continuidad del balaguerismo.
Para las elecciones de ese año, Balaguer tuvo que abrirse más a las posibilidades de la oposición para ese proceso que como lo había hecho en 1970 y 1974. Aun así, Juan Bosch, quien ya se había separado del PRD, y fundado el PLD, se abstuvo de participar, porque las consideraba un matadero donde la oposición no tenía oportunidades.
Balaguer partir de 1986, en una segunda etapa, aunque más moderado que en los 12 años anteriores, no abandonó sus antiguas maniobras irregulares para perpetuarse en el poder. En 1990 Juan Bosch le acusó de ganarle con un “fraude colosal” y en 1994, le arrebataría el triunfo a José Francisco Peña Gómez en la misma forma, produciendo una gran crisis que solo fue superada incruentamente, gracias a la gran habilidad del líder perredeísta.
Tanto la oposición que se hizo a Trujillo como la que se hizo a Balaguer en sus dos etapas, fue firme y determinante. Si a Trujillo tantos dominicanos se atrevieron a enfrentarlo con el fusil, con Balaguer no fue menos valiente. Grupos armados, discursos combativo, llamados a “un coronel que se case con la gloria”, movimientos cívicos, huelgas, etc., han sido los métodos persuasivos que doblegaron estos regímenes opresivos. Con Rafael Trujillo sucedió el ajusticiamiento y a Balaguer se le obligó a flexibilizar y por lo menos, permitir a la oposición participar con alguna libertad en el juego democrático que permitió la alternabilidad.
El modelo Balaguerista era el mismo trujillismo aplicado con algunas variantes., Por ejemplo, Balaguer nunca propuso un Presidente títere, él encabezaba sus propios gobiernos. Joaquín Balaguer también doraba un poco los procesos eleccionarios ya que aunque fuera en forma limitada, permitía la participación a sus opositores, quienes intimidados, quedaban en desventajas con el uso abrumador de los recursos del Estado por el candidato oficial y Presidente de la República.
Con Leonel Fernández no tenemos ni a Trujillo ni a Balaguer, por lo menos, la sangre no mancha sus manos. También salva distancia en cuanto a las libertades públicas y el respeto al libre ejercicio político, pero a pesar de que lidera al Partido del profesor Juan Bosch, reconocido como el más puro de los referentes políticos, ha fotocopiado las inescrupulosidades balagueristas para perpetuarse en el poder, esta vez cultivando la habilidad del fraude más disimulado. En él tenemos un nuevo e inteligente engendro político que sabe combinar los instrumentos democráticos con los peores subterfugios electorales para mantenerse en el poder. Sus gobiernos también superan con creses los actos de corrupción, las violaciones constitucionales y el despilfarro económico de cualquier otro gobierno.
Es obvio que hoy no tenemos una tiranía a lo Rafael Leónidas Trujillo, el magnicidio no es la opción cuando hay tantas alternativas al alcance de las herramientas y la instituciones democráticas. Los focos armados y asonadas, que en su momento enfrentó Balaguer, tampoco parecen racionales ante las opciones que ofrece el sistema. La forma de enfrentar este gobierno debe ser haciendo desde la oposición una política institucional firme, decidida y apropiada.
El Partido Revolucionario Dominicano, encarna la más poderosa alternativa para desplazar del gobierno a sus actuales representantes, pero en los últimos tiempos ha demostrado su incapacidad para lograrlo. Es posible que la principal debilidad sea la falta de unidad entre sus dirigentes y la atomización del partido en corrientes internas, pero es indudable que su inefectiva estrategia para hacer oposición también haya sido determinante para los pobres resultados electorales en los últimos procesos.
Ante tantos políticos curtidos en el combativo accionar de la historia del PRD, cuando un simple ex militar asume posiciones críticas a su proceder, no puede esperar que se le atienda. Es lógico que de él no se esperen más aciertos que de tantos hombres que nacieron y han vivido haciendo política en esta histórica organización de nuestro sistema político. Sin embargo, su alta dirigencia y liderazgo, deben reconocer que la errática conducción que ha tenido el partido y las permanentes discrepancias entre sus altos dirigentes, hasta para el más neófito, explican los continuos fracaso de esa organización política en los últimas elecciones.
Parece lógico que no pueda contradecir decisiones que han sido pensadas y ejecutadas por viejos robles o jóvenes estrategas con sobrada experiencia políticas, pero los pobres resultados logrados en los últimos procesos electorales, indican que no se ha estado haciendo lo debido para lograr el objetivo básicos de la organización; alcanzar el poder. Aunque duela decirlo, el PRD está en una posición muy poco digna, ha cometido muchos errores y cualquiera, hasta un simple ciudadano, puede decirle lo que está haciendo mal.
Sea de donde sea que provengan las críticas, el PRD debe aceptar y corregir muchas cosas en las que ha tenido debilidades.
La UNIDAD interna, es fundamental para enfrentar un PLD, que demuestra saber cómo sortear sus naturales diferencias para mantenerse cohesionado y lograr en cada caso imponer decisiones de conveniencia al partido y no a personas o un dirigente en particular.
El PRD debe hacer una OPOSICIÓN OBJETIVA Y CONTUNDENTE, no puede permanecer indiferente o asumiendo posiciones políticamente inefectivas ante los tantos errores que ha cometido y sigue cometiendo el PLD gobernando. La gran capacidad que tiene ese partido para minimizar o disimular sus errores, obliga a la oposición a empeñarse en capitalizarlo, so pena de que el gobierno se beneficie hasta de sus propios desaciertos.
El PRD no puede permitir tantas violaciones constitucionales y que no pase nada. Especialmente si esa violaciones las comete el gobierno para obtener ventajas en los procesos electorales.
El PRD en desventaja en su condición de partido opositor, debe empeñarse en desterrar la cultura clientelista que favorece al grupo gobernante, ya que le permite volcar a esos fines, recursos del Estado que se traducen en ventajas políticas insalvables.
La oposición no puede permitir que en un próximo proceso electoral, el PLD haga lo mismo que hizo en las últimas tres ocasiones con el uso descarado de los recursos del Estado. La aprobación de una LEY DE PARTIDOS es fundamental para un marco legal que permita fiscalizar la fuente y el uso de los recursos en una campaña electoral y que penalice en forma contundente las violaciones.
El PRD no puede acudir a un proceso electoral sin la garantía de un tribunal electoral QUE NO SE DEJE AMEDRENTAR por el Poder Ejecutivo o la alta dirigencia del partido oficial en el momento de tomar decisiones cruciales en un proceso electoral.
En igual forma se pueden señalar como valiosos argumentos de oposición, los innumerables desatinos políticos del gobierno o hacer otros señalamientos puntuales que evidencian la complaciente forma de hacer oposición que ha seguido el PRD.
Ante la continuidad de la vieja forma de hacer política que exhibe el PLD, el PRD implementó una “nueva forma de hacer política”, la cual se tradujo en la inefectiva forma de hacer oposición que ha dado tan malos resultados. Este partido se ha apartado de su tradicional estilo combativo. HAY QUE CAMBIAR LA FORMA DE HACER OPOSICIÓN A ESTE GOBIERNO.
Santo Domingo, R.D., martes, 13 de julio de 2010
http://www.clavedigital.com/App_Pages/opinion/Firmas.aspx?Id_Articulo=18120
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