Lilliam Oviedo
Hundir barcos cargados de petróleo en el trayecto Venezuela-Cuba, es uno de los propósitos de Luis Posada Carriles. Lo confiesa su colaborador Francisco Antonio Chávez Abarca, salvadoreño capturado el 1 de julio en el aeropuerto de Maiquetía.
Es el terrorismo disfrazado de activismo político, el que viste formalmente y consigue dinero en el Congreso y en otras instituciones oficiales yanquis, a pesar de las mal llamadas leyes antiterroristas.
Chávez Abarca tiene 38 años y es hijo de un viejo traficante de armas, socio de Posada Carriles: Antonio Chávez Díaz. Fue captado cuando, con poco más de 20 años, era traficante de armas (como su padre) en Guatemala. Estuvo ligado al narcotráfico y a la falsificación de dinero.
Entre los años 2005 y 2007 fue prisionero en El Salvador por dirigir una banda dedicada a vender vehículos robados. Como jamás fue procesado por terrorismo en El Salvador o en Guatemala, la ultraderecha utilizaba sus servicios (hasta el 1 de julio, claro está), sin importar que realizara actividades delictivas diversas.
Se entiende, pues Posada Carriles fue amigo de gobernantes ultraderechistas de El Salvador, sobre todo de Francisco Flores, con quién compartía días de pesca.
La ultraderecha sigue urdiendo planes contra Venezuela y contra Cuba, aunque trata de presentar el ejercicio terrorista como inocuo activismo político.
Como parte de ese ejercicio, Lincoln Díaz-Balart relanzó en mayo la organización La Rosa Blanca, recordada en Cuba por haber incendiado cañaverales y viviendas campesinas cuando fue creada por el padre de los Díaz-Balart, en 1959. (El nombre es martiano, pero sólo el nombre).
A través de La Rosa Blanca, Díaz Balart se propone manejar buena parte del dinero que destina el Gobierno de Estados Unidos para la conspiración. Tiene como socios a los demás congresistas apátridas que apadrinan a los terroristas al servicio de la Agencia Central de Inteligencia, CIA. Esos congresistas son Ileana Ros-Lethinen, Mario Díaz-Balart, Bob Menéndez y Albio Sires, asociados todos con dirigentes de la Fundación Nacional Cubano Americana, FNCA, otro grupo terrorista.
Es el terrorismo que gestiona fondos. En el Congreso Anual de Alpha 66, en febrero, Posada propuso retomar las acciones paramilitares en grande (como en 1995-97, cuando usaron a Chávez Abarca) contra Cuba y buscar armas, aviones y barcos.
En el manual imperialista, sin embargo, los terroristas son René González, Gerardo Herández, Antonio Guerrero, Ramón Labañino y Fernando González Lort, 5 cubanos prisioneros desde 1998, quienes cumplen penas en EU de entre 15 y 30 años por espiar a grupos formados para atentar contra objetivos cubanos... Descubrieron los planes de terroristas protegidos por el imperialismo... ¡Hay que enunciar con claridad el motivo!
Santo Domingo, R.D., miércoles, 29 de septiembre de 2010
(lilliamoviedo@yahoo.es)
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