Orlando Dice //
Orlando Gil
De la guerra
Los reformistas se han convencido de tanto decirlo de que son reeleccionistas per se, aunque su conducta política demuestra que más que condición, lo suyo es un ánimo de servicio al poder.
Ellos serían (con perdón de William Shakespeare y Frederick Forsyth) los perros de la guerra: los que desatan las furias en los campos de batalla y pelean causas ajenas.
Daba gusto ver cómo en el último “mitin” de Freddy Pérez, uno que se deslumbraba a sí mismo, creyendo que hacía igual con el auditorio, dando clases de táctica y estrategia como un perfecto maestro.
Que se recuerde, nunca perteneció a los comités de campaña del Joaquín Balaguer de bateo y corrido. Sus luces, si las tiene, no ayudaron a ver claro el camino de entonces, siempre lleno de niebla. Los demás aliados no lo dijeron de viva voz, pero se sintieron ofendidos en su inteligencia al ver como hacía de genio un capitán sin tropas. Después del acto, y entre murmuraciones y fastidios, se lamentaban: “…pero qué tipo éste, no es más que un “trascendío”
Conveniencia
Los reformistas no son reeleccionistas per se, como proclaman cada vez que ven negocio político a la vista.
La experiencia vivida por ellos da a entender que en principio fue la conveniencia y ahora el oportunismo.
Eran seguidores de Joaquín Balaguer, y como a este no le gustaba apearse del caballo, se acostumbraron a la vieja consigna del vuelve y vuelve.
Pero solo con Balaguer. Nunca tuvieron la oportunidad de practicarla con otro. Incluso, si fueran reeleccionistas per se, no se hubieran salido en parte del camino en l970, cuando Francisco Augusto Lora y figuras sobresalientes del reformismo enfrentaron la primera repostulación de Balaguer. Corregido ese diferendo, retornaron a su habitual reeleccionismo. Pero siempre con Balaguer. Con Hipólito Mejía tuvieron la oportunidad, pero se fueron con Leonel Fernández, que venía fresco de la gatera, como si no hubiera corrido antes. Es decir, se olvidaron de su “condición”. el 2008 fue una reelección atípica, pues se trataba de vengar la afrenta de Mejía y del PRD…
Oportunismo
La reelección que se plantea ahora de Leonel Fernández en el 2012 sí califica en el viejo modelo, pues no tendría la fluidez del 2008 y habría que romper muchas calabazas.
Aunque las habilidades de los reformistas tal vez no hagan falta en razón de que Fernández y el PLD saben cómo ganar elecciones. El problema sería el PLD, que es un misterio, a pesar de las encuestas que otorgan altos porcentajes al actual mandatario.
No es lo mismo un jefe de Estado en ejercicio de un mandato legítimo a un candidato en campaña que quiere retener el poder a toda costa. No hay manera de intentar o conseguir un cuarto período sin alterar las reglas de juego y provocar fuegos que no se apagan el 16 de mayo. Los peledeístas no han sido puestos en cuestión, y los reformistas quisieran estar cerca del río por si se revuelven las aguas y pueden tener ganancias de pescadores.
De ahí que vayan a todas las convocatorias y urjan definiciones de parte del Presidente.
Dicen que los oportunistas no van al cielo, pero hay quienes en su delirio ven muy lejos el infierno…
Índices
Los oportunistas no conocen fronteras, y los reformistas que cabalgan con las circunstancias y se acogen a los aires de ocasión, lo saben de sobra.
¿Cómo se explica que mientras el partido anda en unos inventos (igual de raros) y amenaza con camino propio, unos o dos anden comiendo en casa ajena y hasta reclamen postre? Lo grave es que no sólo hay infidelidad, sino potenciales infidencias. Conociendo la intimidad de su grupo, podría ir con el cuento donde el otro.
O por lo menos tener a manos todas las cotizaciones y mejor posicionamiento para las apuestas. Si no se quedan con el Dow Jones, tienen el Nasdaq de consuelo…
Santo Domingo, R.D., miercoles, 29 de septiembre de 2010
orlandogil@codetel.net.do
http://www.listin.com.do/puntos-de-vista/2010/9/28/160654/Los-reformistas-la-reeleccion-de-Fernandez-y-el-misterio-del-PLD
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