martes, 28 de diciembre de 2010

A Hamlet Hermann


Luis Orlando Díaz Vólquez

El ruido de las botas de la guardia 
no hace más que despertar al titán.


Ya está el discurso: 4% del PIB para Educación. 

Una fétida caldera donde hierven las viandas del deterioro institucional y moral del oficialismo morado expreso en corrupción, narcotráfico, inseguridad ciudadana comenzó su cocimiento. 

Resalta entre sus condimentos el descalabro de la calidad de vida de la gente con un modelo económico y social excluyente, por los que la educación, salud y servicios públicos no pueden andar peor. 

Destruido el aparato productivo sin posibilidad de competir, carente de incentivos y con altos costos, con caro e inconstante servicio eléctrico, así como odiosos impuestos cobrados por adelantado. 

Arrasado el campo y su producción agropecuaria por la política de negativo sesgo antiexportador que empobrece y expulsa a la emigración a sus labradores. 

Desempleo, hambre y muertas las esperanzas de los jóvenes y las mujeres a más no dar. 

Atropello a los derechos humanos con unas 2000 ejecuciones sumarias de ciudadanos por la Policía Nacional; cooptados los medios de comunicación por el oficialismo y reprimida la libertad de expresión de las pocas voces disidentes. 

Concentrado el poder en una arrogante e inescrupulosa minoría cuyos dirigentes van a ofrecer falsas promesas de soluciones, a modo de burla, en catorce helicópteros a los pobres ciudadanos de Pedernales, de la región sur donde la mayoría de la gente vive con menos de dos dólares al día y la midad de estos con menos de uno. 

Sólo falta el héroe y los procesos los paren. Tienten a un caamañista henchido de valor y coraje probados con incursiones armadas incluidas, en 1965 y en 1973 por la defensa de las libertades ciudadanas, de nuevo en peligro ante el cibernautas prospectos de dictadores de nuevo cuño. 

Tienten a un acrisolado de la ética, de los que la sociedad espera para salir del lastre que los humilla, los ignora y los saquea. 

De que germina la luz de la esperanza que cultiva el pensamiento liberal, germina, y eso, ya los asusta. Lo demás está por verse. Desatado el proceso, en pendiente enjabonada vendrá cuesta abajo toda la ignominia para dar paso a verdaderos representantes del interés nacional. 

Súmese al grito redentor del 4% para educación y hágalo realidad, que aunque borren por la fuerza el letrero del 4% que en la pared de la verja de su casa que da frente al Palacio de Gobierno Hamlet Hermann pintó, de la conciencia ciudadana que clama por un país administrado con transparencia, libertad de expresión y justa distribución de las riquezas, que allane un panorama claro para el futuro de sus hijos, ya no lo podrán quitar. La mecha está encendida.

Santo Domingo, R.D., martes, 28 de diciembre de 2010.

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