Luis R. Decamps R.
La Navidad: “¿descelebrada” o descerebrada?
Increíblemente, en esta ocasión al parecer tanto los políticos como los empresarios dominicanos le atribuyeron escasa importancia a los mensajes contentivos de parabienes de Navidad y Año Nuevo. Mientras hubo algunos que ni siquiera se molestaron en hacerlos, otros optaron por caracterizaciones pedestres cuyo bajo costo resultaba harto ostensible. Aparte de que brillaron por su ausencia las tradicionales apelaciones “bonitas” a la ética y a la espiritualidad cristianas, el ambiente general ahora (y fue especialmente notorio en los medios de comunicación) no fue festivo sino de “descelebración”… ¿Hay o no hay horno? Una de dos: o nos estamos convirtiendo en una sociedad de avaros, o don Héctor Valdez Albizu está hablando “pendejadas”.
“Déficit” en los mensajes navideños
...La verdad es que en esta oportunidad apenas se destacaron dos “creaciones” al tenor, y más por su insistencia que por su calidad: la manida perorata de un funcionario del ministerio público y la aburrida presentación de un destacado líder de la oposición. ¿Qué pasó ahí? ¿Inadvertencia y falta de sentido político? ¿Déficit en las finanzas o en la inteligencia? ¿Simple tacañería? Esto último no puede descartarse porque, según cierto chusco, curiosamente buena parte de los actuales presidenciables de los partidos criollos para el año 2012 tiene un denominador común: en el Oeste norteamericano del siglo XIX hubieran tenido dificultades para sobrevivir, pues “son lentos sacando”… La conclusión no es mía sino del mismo amigo bromista: las próximas elecciones no serán un “choque de trenes” sino un “choque de rocas”.
Las “felicitaciones” de Navidad
…Lo mismo ocurrió con los tradicionales obsequios de la temporada. Comunicadores, militantes partidistas y lambiscones de toda laya (con sus naturales excepciones), se “guayaron” en esta Navidad: los políticos y los empresarios fueron notoriamente “parcos” en sus “felicitaciones”. En este diciembre mucha gente se quedó esperando las tarjetas con sobrecitos (numerario incluido) y las canastas con bebidas, frutas y golosinas de la temporada… Un activo periodista amigo, de los que “guisan” en todas las administraciones y al mismo tiempo disfrutan de la amistad de todos los líderes de la oposición, me lo resumió un poco satíricamente de esta forma: “Si no hubiera sido por la gente del gobierno, la Nochebuena de mi casa hubiera sido con Caín y no el Niño Jesús”…
La eterna campaña de Leonel
…Y, ciertamente, el primero que no se perdió en lo claro fue el presidente Leonel Fernández, quien insistió en seguir al pie de la letra las enseñanzas en este sentido del doctor Balaguer: continuó en la Navidad con su “campaña electoral eterna”, en esta ocasión distribuyendo, según cifras oficiales, más de 1,200 millones de pesos en cajas que contenían alimentos y bebidas. Más aún: el jefe de Estado (para que nadie osara confundir las cosas y quedara claro que era él quien las estaba “regalando”) asistió personalmente al inicio de las reparticiones de las citadas canastas en un periplo que lo condujo durante casi una semana por los cuatro puntos cardinales del país… Naturalmente, lo que hicieron por su lado los restantes líderes y dirigentes del PLD no hay manera de contarlo sin que le de a uno “vergüenza ajena”, pero se sabe que se distribuyeron desde impresionantes baúles aristocráticos (contentivos de finos dulces y exquisitas bebidas extranjeras) hasta modestas canastas de menudeo (con vulgares etílicos criollos y frutas de la temporada), en algunos casos acompañados con aves de corral tanto plebeyas como de prosapia…
¿Con los “cuartos” de quién?
…Sobre las obsequiosas correrías de diciembre del presidente Fernández y la “generosidad navideña” de ciertos funcionarios peledeístas, hay que observar, sin mala intención alguna, que lo malo de ellas no es su espíritu clientelista (como denunció un dirigente de oposición al que se le veían la envidia y el oportunismo en los ojos) sino que se financian con recursos provenientes del erario (es decir, de los aportados por el contribuyente dominicano) y no con los de los bolsillos del doctor Fernández o los de sus conmilitones. Lo cierto es que como se trata de actividades políticas y personales de campaña (que no de un programa institucional de solidaridad humana fundado en una ley), esos “cuartos” deberían aportarlos sus propios gestores y ejecutantes, no el Estado… Por desventura, empero, esta es nuestra realidad.
El “comesolismo” se cambió de partido
… Desde luego, algo debe quedar claro del otro lado: los cuestionamientos al clientelismo gubernamental con fondos públicos no justifican en absoluto la actitud cicatera y casi insensible de algunos líderes de la oposición (que evidentemente no aprenden de la experiencia y en esta Navidad no repartieron ni siquiera tarjetitas con sus fotos de campaña), pues todo el mundo sabe que los políticos no hacen nada de eso con su dinero sino con las donaciones que les hacen sus seguidores y sus amigos, especialmente los empresarios… Es obvio que hay gente que continúa con la creencia de que los apoyos políticos, como los del deporte, se dan “por gravedad”… El “comesolismo”, pues, parece que definitivamente se cambió de partido… Y, por supuesto, ya se sabe hacia dónde conduce esa forma de pensar y actuar en términos políticos y electorales…
Una anécdota de Domingo Faustino Sarmiento
Domingo Faustino Sarmiento.
En medio de un caldeado debate en el Parlamento de Argentina, un acaudalado diputado que representaba a los dueños de grandes haciendas, virtualmente acorralado y ya carente de argumentos, intentó estigmatizar al ilustre patriota y educador Domingo Faustino Sarmiento recordándole que él era “un pobre diablo al que si se le pone patas para arriba no se le caería un sólo peso”… Don Domingo, siempre alerta, le respondió de inmediato en su estilo mordaz e incisivo: “Puede ser que eso sea cierto, señor mío, pero a usted lo pongan como lo pongan nunca se le caerá una idea inteligente”.
La frase de hoy “para darle caco” (sólo para “pendejos”)
“Siempre hay que saber perdonar a los enemigos, pero cuidándose de no olvidar jamás sus nombres y sus apellidos”. Robert Kennedy.
Hasta la próxima entrega…
Santo Domingo, R.D., domingo, 02 de enero de 2011.
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