Luisa Vicioso
En la calle 45 y primera avenida, frente a la ONU, tiritaba la maravilla. Una larga fila de mujeres de todo el mundo hacía cola para acreditarse para el 55 periodo de sesiones del Comité Sobre el Estatus de la Mujer. Habian acudido con sus turbantes, saris, trajes de gala, trenzas y pajones al lanzamiento de ONU-MUJERES este 24 de febrero, en un gran evento presidido por Michelle Bachelet, una mujer que parece destinada por la vida a liderar procesos fundamentales de cambio. Tiritábamos, pero pese al frío y la falta de previsión burocrática de la oficina de acreditación, donde una pobre empleada británica atendía a cientos de personas, reinaba la buena voluntad y no era para menos.
Yo estaba allí, cubriéndome el pasaje y gastos con mi magrísimo salario (que sorprende a quienes descubren que un embajador o embajadora, que además de ser poeta, se respete, gana menos que la asistente de cualquier funcionario/a, y que su secretaria, en este caso la mía, devenga apenas nueve mil pesos mensuales, teniendo un dominio del inglés y de la parafernalia diplomática, y coordinando conmigo el manejo de seis áreas: Mujer, niño, niña, adolescentes, envejecientes y discapacitados. ¡El ciclo vital!
Y yo estaba allí, porque, por primera vez la ONU había entendido la necesidad de fundir en un solo organismo los dispersos programas de múltiples agencias que actuaban generalmente de manera independiente, repitiendo esfuerzos y dilapidando, en el proceso, recursos que podían resolver el presupuesto de varias naciones en desarrollo.
De ello, y de la interferencia de algunos programas de la ONU con organizaciones comunitarias que consiguen sus propios recursos, a los cuales les obstaculizan el acceso a los fondos para imponer a sus costosísimos consultores y "capacitadores", hablaré, en detalle, en otros artículos.
Michelle Bachelet, ex presidenta de Chile.
¿Para qué sirven estos viajes? Ciertamente, no para hacer turismo en Nueva York, cuando se trata de una dominican york que ya no aguanta el frío. Sirven para obtener una visión mundial de lo que todas las regiones del mundo estiman como prioritario, en el campo específico de desarrollo de la mujer. A saber:
1-La Unión Económica Europea: Tiene como prioridad combatir la diferencia en remuneración entre hombres y mujeres, estimando que solo la independencia económica fomenta la igualdad real y contrarresta la violencia de todo tipo contra el sexo femenino. Apoya el programa de acción del Cairo y el programa de Trabajo Digno de la OIT. Enfatiza el aprendizaje de las matemáticas (ojo) por mujeres y niñas, y su acceso a la ciencia y la tecnología.
2.-El Grupo de los 77 y China: Tiene como objetivo combatir la pobreza de los países subdesarrollados y la degradación ambiental, y tiene como compromiso el cumplimiento de la Plataforma de Beijing con énfasis en la eliminación de toda forma de violencia contra mujeres y niñas.
Santo Domingo, R.D., lunes, 28 de febrero de 2011.
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