A RAJATABLA//
Orión Mejía
Para entender lo que ocurre hoy en Libia, es menester ubicar algún referente histórico. Libia tiene hoy un poco más de seis millones de habitantes, pero cuando Kadhafi asumió el control del Gobierno en 1969, era de menos de cinco millones, al igual que Albania, la todavía nación más pobre de Europa, aunque, contrario a Tirana, Trípoli posee inmensas riquezas en petróleo y gas natural.
Enver Hoxha.
Vale la pena comparar a Kadhafi, que asumió el poder en Libia cuando aún era capitán, mediante un golpe de Estado, con Enver Hoxha, un letrado egresado de la Universidad de París, que asumió el poder en Albania en 1944, como líder del Partido del Trabajo, después de la expulsión de las tropas de ocupación italianas.
Al igual que Hoxha, Kadhafi cuestionó el hegemonismo soviético, con la diferencia de que el líder libio sostenía que ese tipo de socialismo sólo beneficiaba a una élite, mientras el hombre fuerte de Albania denunciaba que las resoluciones del XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética, alejaba a la URSS del auténtico comunismo.
Enver Hoxha, quien murió en 1985 acosado por la diabetes, mantuvo a Albania, como Kadhafi a Libia, aislada de Occidente. El premier libio, contrario al líder albanés, nunca procuró instaurar un socialismo auténtico o perfecto, sino que optó por una mentada Tercera Vía, que no fue más que su propio camino hacia un publicitado estadio de igualdad social.
Gadafi y el presidente de
Venezuela Hugo Chavez.
Kadhafi escribió su Libro Verde, inspirado en el Libro Rojo, de Mao Zedong, basado en los principios del poder del pueblo, el socialismo y la base social, que resume su teoría sobre la Tercera Vía, en tanto que Hoxha, insistió en imponer un régimen comunista ortodoxo, propósito por el que rompió con la Yugoslavia de Tito, con la Unión Soviética y con la China de Mao, para aislar a Albania.
Hoxha promovía a Albania como el primer Estado ateo, donde los locales de iglesias y mezquitas fueron convertidas en escuelas, museos y bibliotecas, mientras el régimen de Libia se reconcilió con Estados Unidos y Kadhafi comenzó a hacer negocios con líderes occidentales, que lo excluyeron de la lista de “parias y terroristas internacionales”.
La historia de Albania se involucra con el conflicto de los Balcanes y con la limpieza étnica ordenada por Slobodan Milosevic contra los albaneses kosovares, declarada crimen de lesa humanidad. Paradójicamente, Naciones Unidas anunció el sometimiento a la Corte Penal Internacional de Kadhafi por la matanza de opositores.
A la caída de Enver Hoxha, se produjo un descomunal éxodo por mar de albaneses hacia Italia. Un previsible desplome de Kadhafi apunta hacia el mismo destino migratorio, como si dos pueblos regenteados por dictadores tan disímiles como parecidos tuviesen el mismo destino.
Santo Domingo, R.D., domingo, 27 de febrero de 2011.
http://www.elnacional.com.do/opiniones/2011/2/26/76249/A-RAJATABLA
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