SAUDADES//
Ligia Minaya
Acabo de leer el libro titulado "Línea Noroeste: Testimonio del Patriotismo Olvidado", de la historiadora María Filomena González y estoy gratamente sorprendida. El libro trae entrevistas hechas por la autora a los sobrevivientes de La Barranquita en su lucha contra la invasión norteamericana de 1916. Hay fotos de cada uno de esos hombres, de los soldados invasores y de las rutas por las que caminaron. Y sobre todo, lo más llamativo, es que se redactó con el mismo lenguaje Cibaeño con hablaron esos valientes.
No creo que muchos dominicanos de hoy tengan en cuenta esos episodios. Los linieros pelearon por la Patria, sin que nadie les dijera que debían hacerlo. Es más, Desiderio Arias les mandó a decir que dejaran pasar a los norteamericanos, que no le pusieran obstáculos, que no los mataran, pero la comunicación que iba en manos de un borracho de cuneta, llegó tarde. El hombre se cayó del caballo, se fue a dormir a su casa y cuando quiso llevarla ya el camino estaba lleno de patriotas luchadores que no atendieron al reclamo y continuaron peleando a manos peladas, con las pocas y malas armas, y hasta pusieron barriles de abejas para que picaran a los invasores. Todos hombres jóvenes, casi adolescentes, y solo un viejo, Pancho Peña, que por más que le decían que ya no estaba capacitado para pelear, insistía en dar ejemplo a los más jóvenes.
Hasta 1972, estaban vivos: Demetrio Frías, Enerio Disla, Máximo Muñoz, Toñito Lozano, Luis Madera y Manuel Evertz Reyes (este último dice que nunca perteneció al partido de de Desiderio Arias, aunque eran íntimos amigos y que por amistad le aceptó una diputación en Santiago cuando Desiderio tuvo un entendido con Trujillo) Todos dirigidos por Carlos Daniel quien no se plegó al mandato de Desiderio y continuó peleando. Todos, absolutamente todos, pelearon para que los norteamericanos no fueran a apoderarse de la patria, y dijeron, ya a los muchos años, que si volvía a repetirse, fuera quien fuera, volverían a pelear. En ese tiempo, 1916, eran agricultores, analfabetos o casi analfabetos, sin embargo patriotas de los pies a la cabeza.
Monumento a los héroes de La Barranquita.
No sé, si se les ha reconocido su entereza, su patriótica honradez, pero a no ser por ese libro muchos no conocerían sus hazañas. Es así, porque la Historia, muchas veces la manipulan los políticos. En tiempo de Trujillo nunca se habló de ellos, sólo de la Deuda Externa que, algunos dicen, pagó el Tirano, lo cual para mí es una mentira. Los norteamericanos que se llevaron el 55% de nuestras aduanas, hicieron creer que la deuda fue pagada, para favorecer al Dictador y dejarlo en el poder.
En otro libro, de la misma autora, titulado Los Gavilleros, se ofrecen datos auténticos, también desconocidos para muchos. Conocer la Historia, es conocer la identidad de un pueblo, salvar los valores patrios, no cometer los mismos errores y que los ciudadanos sepan de sus hombres valientes y echen a un lado a los falso héroes, que son muchos. ¿Cuántas calles tienen nombres de héroes auténticos?
Todos, absolutamente todos, pelearon para que los norteamericanos no fueran a apoderarse de la patria, y dijeron, que si volvía a repetirse, fuera quien fuera, volverían a pelear. Conocer la Historia, es conocer la identidad de un pueblo, salvar los valores patrios, no cometer los mismos errores. (Denver, Colorado)
Santo Domingo, R.D., sabado, 26 de febrero de 2011.
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