domingo, 27 de febrero de 2011

¿Transformar o contemporizar?


Narciso Isa Conde

El país padece una grave crisis.

De todas las instituciones, de todos los servicios básicos, de la seguridad ciudadana, del derecho a la vida humana y  su entorno natural.

De valores ético-morales en la gestión de Estado.

Del derecho a la justicia.

Las instituciones estatales han sido degradadas por la corrupción y la manipulación. Asaltadas por la partidocracia, las mafias y el capitalismo voraz.

Aquí existe un “narco-estado” neoliberal, con una seudo-democracia restringida pervertida.

La clase dominante, usando como instrumentos al PLD y al PRD -ambos secuestrados por dirigentes corrompidos- ha instalado una dictadura institucionalizada; ahora con predominio del PLD y de Leonel Fernández, quien controlando todos los poderes del Estado, procura continuar en la Presidencia.
 
Así las cosas, con un sistema político-electoral que favorece la bipolaridad en sentido general y el continuismo en términos relativos, las elecciones del 2012 -si previamente no se altera ese control y esa  tutela perniciosa- están llamadas a reproducir lo mismo: con reelección de Leonel o sin ella, con gobierno del PLD o del PRD, ambos de igual calaña.

Además está demostrado que las luchas reivindicativas dentro de este “orden institucional”, son bloqueadas por sus poderes; lo que refuerza la necesidad de politizarlas, apuntando contra ellos y a favor de su resquebrajamiento.

La prioridad actual es desplegar la democracia de calle, la movilización en grande, la creación de contrapoder y la siembra de la conciencia sobre de la necesidad de la revocación o destitución de los funcionarios (electos y no electos), repudiados por el pueblo y sostenidos por el clientelismo y el soborno.

Hay que ir más allá de la lucha reivindicativa y de la electoral, sin excluir esos métodos y sus escenarios.

El acierto no es contemporizar con estas instituciones, hacerse “potable”, buscar cuotas en ellas, escoger candidaturas media-tintas y pactar con sectores de la partidocracia dominante.

Eso solo ha conducido a cierta “izquierda” (tipo Miuca-Unidad para el Cambio) a un atolladero como en el que se ha metido con el “sociolismo” privatizador del Alcalde de Santiago y las malas herencias de su alianza con el PRD y Miguel Vargas Maldonado.

Se necesita una izquierda distinta, una izquierda política, social y cultural realmente transformadora. No oportunista, ni “cuotista”, ni “posibilista”. Como la que crece al calor de las nuevas luchas y  de la creación heroica e innovadora.

 Santo Domingo, R.D., domingo, 27 de febrero de 2011.


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