Rafael Filiberto Bonelly, presidente del Consejo de Estado, República Dominicana.
A finales de 1989, Hans Magnus Enzensberger, escribió un ensayo sobre una nueva clase de héroes: los héroes de la retirada.
De acuerdo al escritor, los héroes clásicos son del triunfo y la conquista, pero las dictaduras del siglo XX han dado nacimiento a un tipo peculiar de héroe, "el héroe de la renuncia, el derribo y el desmontaje" de las dictaduras: "el primero es un idealista de principios nítidos e inamovibles; el segundo, un dudoso profesional del apaño y la negociación; el primero alcanza su plenitud imponiendo sus posiciones; el segundo, abandonándolas, socavándose a sí mismo".
De acuerdo al escritor, los héroes clásicos son del triunfo y la conquista, pero las dictaduras del siglo XX han dado nacimiento a un tipo peculiar de héroe, "el héroe de la renuncia, el derribo y el desmontaje" de las dictaduras: "el primero es un idealista de principios nítidos e inamovibles; el segundo, un dudoso profesional del apaño y la negociación; el primero alcanza su plenitud imponiendo sus posiciones; el segundo, abandonándolas, socavándose a sí mismo".
Enzensberger cita tres ejemplos de héroe de la retirada: Mijail Gorbachov, que desmontó la Unión Soviética; Wojciech Jaruzelski, de Polonia y Adolfo Suárez, que enterró la dictadura de Franco.
En nuestro país también hemos tenido esos "héroes de la retirada" en tiempos recientes.
El primero que viene a la mente es Rafael F. Bonnelly, presidiendo el Consejo de Estado que ayudó a desmontar el régimen trujillista, y Hector García Godoy, en los lúgubres días de la pos guerra de abril de 1965.
Héctor García-Godoy traspasa el mando a Joaquín Balaguer.
Deben tener la reciedumbre de soportar abusos con la vista puesta en el fin último y deben ser lo suficientemente maleables para que todas las soluciones sean posibles. Son héroes que no recibirán el laurel del agradecimiento. (atejada@diariolibre.com, De Diario Libre)
Santo Domingo, R.D., miércoles, 27 de abril de 2011.
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