AL DÍA//
JUAN JOSÉ AYUSO
Durante su gestión 2000-2004, el ingeniero Hipólito Mejía dio a conocer la anécdota del perro de su abuela, que ladraba cuando alguien, ante la anciana, levantaba la voz o hacía otro gesto de violencia.
Así explicaba el Presidente porqué respondía con fiereza o con una burla a quienes lo asediaban desde la oposición
Durante todos los días de la “crisis” que provocó en el Partido Revolucionario el hecho de que Miguel Vargas Maldonado y su gente no aceptaran su derrota en la XXIX Convención del 6 de marzo y hasta ahora no ha habido ocasión para recordar la anécdota del “perro de Mamá Belica”.
Al parecer, el nieto de la anciana ha decidido modificar su temperamento y a responder con serenidad a las ofensas e indirectas ofensivas que han convertido en discurso sus adversarios.
No hace mucho, porque la “crisis” llegó al mes, Mejía ofreció un ejemplo no sólo de serenidad y de paciencia sino de la sutileza de un político que al parecer no dice y hace las cosas como solía.
Interrogado por reporteros acerca de “las negociaciones” con la gente de Vargas Maldonado, Mejía los corrigió de esta manera en un par de ocasiones: “negociaciones no, conversaciones, porque esto no es un negocio”.
Por fortuna, el candidato presidencial del PRD repitió por lo menos una vez su corrección a los reporteros y no hubo posibilidad de mala interpretación.
Cualquiera no hubiese creído que Mejía había cambiado al extremo de utilizar esa sutileza, digna de políticos de capacidad capaz de sacrificar la imagen populista del político que “se parece a su pueblo” para hacer prevalecer una imagen racional y de profundidad conceptual.
Ahora, bien.
Aunque haya sido así desde el 6 de marzo y aunque llegara al refinamiento de esa corrección, que busca cambiar de la jerga periodística el término “negociaciones” por el de “conversaciones”, algo de los tiempos de la cita de la conducta de “el perro de Mamá Belica” le queda a su nieto.
El ingeniero Mejía debe recordar, pensar y aplicar el refrán de “dime con quién andas y te diré quién eres”.
Varias de las personas que lo acompañan y a las que se supone influencia y la posibilidad de ocupar altos puestos en caso de que el candidato del PRD llegara al poder no ayudan con la imagen que proyectan.
Al lado de Mejía figura gente con probado expediente de desagradable, odiosa y odiada de esa que no hace reír ni con un buen chiste, que arrastra la fama “salteadora” de la que resultó ileso el Presidente en su cuadrienio y que cuando habla, siempre, remeda con sus palabras los ladridos de “el perro de Mamá Belica”.
Santo Domingo, R.D., sábado, 14 de mayo de 2011.
No hay comentarios:
Publicar un comentario