domingo, 31 de julio de 2011

Apuntes sobre el suicidio

DE SALUD Y OTRAS COSAS
CÉSAR MELLA

Quitarse la vida es un capítulo de salud pública que en el marco de las muertes violentas deja un lastre de sufrimiento y frustración a los familiares de las víctimas; una gran impotencia a la sociedad y gran desolación en el personal de salud que se ha puesto en contacto con la muerte.

Según fuentes de la Policía Nacional, en el primer semestre del año han ocurrido 394 suicidios consumados y digo consumados, pues las tentativas, es decir el que intenta matarse y no lo logra, son tres veces más que los que logran finalizar con su existencia.

Para el mismo periodo del año pasado, 2010, se suicidaron 288 personas.

Indudablemente que se ha producido un incremento.

Las causas son múltiples, pero los quebrantos mentales, entre ellos las depresiones, juegan un papel preponderante.

Un estudio patrocinado por la  OPS-OMS, realizado recientemente por los investigadores Herrera, Solarazano y Cabrera, del CIDS-UNAN, que abarcó Centroamérica y el Caribe, al referirse a República Dominicana apunta: “Los casos de suicidio en RD en el periodo  1990 al 2008 se incrementaron de 3.66 al 5.57 por cada 100,000 habitantes”. En adición a esta aseveración comentan que las tasas se dispararon a partir del año 2007.

Esta desgracia fue más frecuente, según el estudio, en hombres que en mujeres. En el sexo masculino las tasas se incrementaron de 5.95 a 9.42 y en las damas de 1.35 a 1.72 por 100,000 habitantes.

Se ha dicho que los hombres prefieren los métodos duros para lograr sus fines. Ej: ahorcarse, lanzarse del puente, darse un tiro; mientras que ellas se envenenan o toman tabletas.

Ocupamos en cuarto lugar en suicidios consumados en Centroamérica y el Caribe después de Nicaragua, Costa Rica y Panamá.

Cuando el estudio internacional recabó fuentes en nuestro medio sobre los métodos que los suicidas empleaban, el ahorcamiento figuraba como estilo preferido para quitarse la vida, con un 50% de los casos.

Envenenarse con tóxicos o con tabletas y dispararse con un arma de fuego quedaron en segundo y tercer lugares, con casi un 20% cada uno.

Estas cifras me crean dudas, pues creo que el disparo aventaja al ahorcamiento, sobre todo en militares que deciden matarse.

Todo esto viene por consecuencia del debate que en las últimas semanas ha generado el incremento de los casos de suicidios en nuestro país.

Al final algunas observaciones. Nunca se sabrá cuantos se matan.

“Las familias lo ocultan” y en  los “certificados médicos” colocan que murió por paro cardiorrespiratorio.

El suicidio es una afrenta social, a diferencia de algunas culturas donde es un acto de valentía, reivindicativo y altruista.

Hay que profundizar las campañas de prevención del suicidio, la cual debe ser un compromiso de todos… pues como decía un paciente al pagarle, agradecido, a un médico que le “salvó la vida”: La vida no tiene precio.

Santo Domingo, R.D., domingo, 31 de julio de 2011.

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