sábado, 30 de julio de 2011

Cruz Jiminián, un padre especial


VENECIA JOAQUIN 
veneciajoaquin2010@hotmail.com

En estos días, he pensado mucho en el doctor Félix Antonio Cruz Jiminián. No le conozco personalmente, pero es un ser humano digno de imitarse. Un verdadero cristiano en su forma de ayudar al prójimo. En su ejercicio profesional y vida personal, actúa como si fuera el padre de los más desposeídos. Siente por ellos un amor y compromiso conmovedor. Si el Estado, sus instituciones y algunas organizaciones religiosas, actuaran con su mística, los pobres no se sintieran huérfanos. Al menos tuvieran la esperanza de que al tocar una puerta les atienden sus problemas. 


Dr. Felix Antonio Cruz Jiminián, medico, filántropo. 

La mayoría vive en la pobreza. El hambre, la desnutrición, las enfermedades, unidas al desempleo y abandono, son las principales causas de que se le haya deteriorado la salud física y mental, de los males sociales. Son miles las familias que no encuentran un plato de comida para sus hijos ni medicina para sus enfermedades. Son muchos los hijos que tienen que caer en la delincuencia buscando que comer. La acción, la iniciativa de atender las necesidades básicas, debe surgir del gobierno, del administrador de los bienes del pueblo. Debe ser el padre protector. No debe tener hijos favoritos. Que todos por igual tengan acceso a la comida, educación, medicina y fuentes de trabajo. 

Lamentablemente no es así. Por ese motivo se valora tanto que surjan hombres- instituciones, que como el Dr. Cruz Jiminian ayuda con amor y entrega a los más desvalidos. Miles sobreviven por su labor humanitaria en barrios, cárceles, por sus operativos médicos. Su nombre se ha vuelto sinónimo de sobrevivir. La gente llega con todo tipo de limitaciones y enfermedades, buscando comida, medicina y salen con sus males resueltos o aliviados. 

Cruz Jiminián participando en un programa de TV

Este hombre de rostro agradable y dulce sonrisa, que inspira la confianza de un padre, se vio precisado a crear la Fundación Cruz Jiminian para canalizar y hacer mas eficientes las prestaciones de servicios. No solo dispone de consultorios para curar sino también de comedores para saciar el hambre de muchos. A todos atiende. He escuchado a comunicadores sociales enviando gente a su institución en lugar de una del Estado. Se ha convertido en el padre de muchos. El gobierno debería ayudarlo aunque sea a ampliar su espacio físico. Le resulta pequeño. !Me imagino lo que haría si recibiera una cuarta parte de los millones de algunos despachos y fundaciones!!. 

Tanto su esposa, con la que tiene 25 años de matrimonio, como sus cuatro hijos, están involucrados en esta noble tarea. Ha trascendido que hace alrededor de doscientas consultas diarias y que a veces solo quedan cien pesos porque lo que pagan unos es para resolver problemas de los otros. Disfruta ayudando. Luce con paz interior. Predica con el ejemplo. Confieso que recordando sus acciones he sido más generosa con el prójimo. Ojala tuviéramos un Cruz Jiminian en cada provincia. Pido a Dios que derrame bendiciones sobre el y su familia para que sigan haciendo obras de bien en una nación donde los pobres están tan desamparados.

Santo Domingo, R.D., sabado, 30 de julio de 2011.

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