Al día//
JUAN JOSÉ AYUSO
El “barrilito” y el “cofrecito” que se reparten cada mes los senadores y diputados es un acto descarado de corrupción.
El primero tiene un monto de cerca de 900 mil pesos mensuales y el segundo de cerca de 600 mil.
Quizá uno que otro senador y uno que otro diputado haya ordenado que su dinero de “barrilito” y “cofrecito” se entregue de manera directa, sin que pase por sus manos, a instituciones de servicio público.
Pero ni aún así se justifica la recepción de ese dinero ni su distribución por senadores y diputados –los menos- entre las organizaciones que a ellos les parece.
Los funcionarios del Estado, ni el Estado como tal, están autorizados a conceder “ayudas” a instituciones o personas.
El Estado cuenta con mecanismos institucionales de discusión y decisión para establecer esas donaciones y hacerlas aprobar por el Congreso.
Los senadores y diputados cuentan también con mecanismos institucionales, las cámaras mismas, para establecer esas donaciones.
Hasta hace algunos años, cuando no existían el “barrilito” ni el “cofrecito” los senadores y diputados se hacían aprobar sumas de “ayuda” para ONG que no eran tales sino sus comités clientelistas.
Hace algunos años, y para “legitimar”, “legalizar” e “institucionalizar” el dinero de las ONG falsas de senadores y diputados, se decidió establecer las cantidades de 900 y 600 mil pesos para lo mismo que hacían cuando lo de las falsas ONG.
Un país donde ocurren cosas como esa está lejos de vivir y actuar dentro de un régimen democrático. “Por eso estamos como estamos”, decía la guaracha.
De ahí, por ejemplo y quizá para citar el más grave, que los más altos funcionarios del los organismos del Estado, incluidos los la justicia, se presten a informar acerca de asuntos internos y delatar a colegas a la embajada de Estados Unidos con el solo requisito de que esa legación lo solicite.
Y no mediante una comunicación al gobierno sino, de manera directa, en una entrevista con el funcionario que, para mayor servilismo y antinacionalidad, se celebraría en la sede de la Embajada.
Santo Domingo, R.D., sábado, 06 de agosto de 2011.
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