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ROSINA DE LA CRUZ ALVARADO
De Diario Libre
El 31 de diciembre del año 2010, el periódico "El Comercio" de Perú publicó la respuesta del presidente chileno Sebastián Piñera a la divulgación de apreciaciones éticas sobre su conducta como empresario, comentarios y conversaciones sostenidas con los diplomáticos norteamericanos que fueron publicados en Wikileaks. Según la nota de prensa, que por azar encontré en una página de Internet, el presidente Piñera dijo lo siguiente:
"Santiago de Chile (EFE). El presidente Sebastián Piñera aseguró hoy que se arrepiente de muchas cosas dichas por él y que aparecieron en los documentos secretos del Departamento de Estado filtradas por Wikileaks, entre los que se afirmaba que mandatario "maneja negocios y política al límite de la ley y la ética".
"Aunque el mandatario chileno puntualiza que no recuerda en detalle las conversaciones, añade que "nada de lo filtrado" le parece inverosímil".
"No obstante, el presidente chileno dijo que es "indudable que todas las conversaciones que se tienen con un embajador de EE.UU., es un terreno privado, es responsabilidad de cada una de las partes cuidar y proteger esa privacidad."...
"En declaraciones difundidas hoy por el vespertino La Segunda y en las que por primera vez se refiere a dichas filtraciones que se refieren a su persona, Piñera afirmó "Yo pude haber dicho que era importante mantener la obra modernizadora del gobierno militar y que había sido un mérito de la Concertación el haberla mantenido. Es posible que lo haya dicho, porque, por lo demás, lo pienso (...)"
"Probablemente el embajador o alguna persona me puede haber dicho "pero bueno eso se consiguió a costa de muchas violaciones a los derechos humanos", lo cual es cierto. Y yo las he condenado siempre", enfatizó."
Y tal vez, le puedo haber agregado el ejemplo que de que no porque en la construcción de las pirámides se perdieron muchas vidas, tenemos hoy la obligación de destruirlas. Y otros comentarios que se me atribuyeron, como parte de una conversación no lo recuerdo. Pero tampoco lo desmentiría," añadió el mandatario al vespertino chileno."
"También se refirió a Michelle Bachelet como "una buena mujer, pero mala presidenta", según los cables, que mencionan, asimismo, el eventual uso de información privilegiada para comprar acciones de la aerolínea Lan en 2007."Traigo a colación este reportaje, no sólo por mis vínculos personales con Chile y los chilenos, sino para contrastarlas con las reacciones que han tenido aquí las divulgaciones de las mundialmente famosas filtraciones de Wikileaks.
Nosotros, los dominicanos, parece que apreciamos el teatro, la parafernalia mediática y descalificación y la negación como medio de defensa.
Desde que el 18 de julio del corriente año 2011, comenzaron a difundirse con bombos y platillos, los despachos de los diplomáticos al Departamento de Estado relativos a los dominicanos, se ha desatado una ola de desmentidos, de descalificaciones morales para el o los embajadores que los transmitieron y de justificaciones acerca de la "verdad profunda" que motivaron esos despachos.
Ahora bien, tal como dijo el presidente Piñera "es indudable que todas las conversaciones que se tienen con un embajador de los EE.UU. en terreno privado, es responsabilidad de cada una de las partes, cuidar y proteger esa privacidad."
A eso agrego que hay que tener mucho cuidado con lo que se habla con un diplomático cualquiera, sobre todo si es un embajador de Estados Unidos de Norteamérica, porque esos funcionarios desde que existe el servicio diplomático, siempre han transmitido a sus cancillerías o como en el caso de la especie, al Departamento de Estado, todos los encuentros y conversaciones que tienen con todo aquel que en el país en que están designados y un momento determinado tenga alguna relevancia política, económica, empresaria, social.
Eso no es nuevo, ni lo han inventado los diplomáticos de los Estados Unidos de Norteamérica: en Francia desde la época de los Reyes, los Primeros Ministros (Colbert, Richelieu, Mazarino para solo citar esos tres) recibían regularmente despachos de sus enviados. Maquiavelo, recibía regularmente esos despachos. La corona española, en la época de la conquista y colonización, recibía esos despachos, por los cuales Cristóbal Colon fue depuesto de sus funciones y hecho preso.
La diferencia estriba en que esos despachos, conteniendo informaciones interesantes para el Estado que las recibía, han sufrido con el paso del tiempo, y la existencia de nuevos medios de comunicación, una velocidad que no tenían en la época arriba señalada en que el mensajero era una persona física, trasladándose de un sitio a otro con los medios de la época: a pie, a caballo, en diligencia, en barco; mas tarde a través del telégrafo, después mediante teletipo y ahora a través del Internet. Y a si antes los medios para llegar a conocer lo que decía un enviado, era la emboscada para atrapar al mensajero, la piratería, el descifrado de códigos, ahora basta que un hacker se introduzca en un sistema o la entrega voluntaria (como se dice que ocurrió con Wikileaks) del acceso al sistema para obtener esa información.
Contrariamente a lo que hizo el Presidente Piñera, que asumió su cuota de responsabilidad en lo que dijo, nosotros hemos optado por matar al mensajero, descalificándolo, atribuyéndole toda clase de perversiones y anomalías en su conducta. La descalificación personal y moral del o de los diplomáticos, que informaron al Departamento de Estado conversaciones sostenidas sobre hechos sobre los cuales no se aportaron pruebas, confirma que lo transmitido por él, corresponde a una de las tareas puestas a su cargo, informar, todo cuanto de manera formal o informal se le dijo. La negativa no borra, que lo que se conversó con el Embajador, se conversó y él dio cuenta de ello.
Lo decente, lo ético, no es desmentir lo que no puede ser negado, es la palabra de uno contra otro; y finalmente, ya el mal está hecho. Es excusarse de haber dicho lo que se dijo, dando las razones y circunstancias de hecho que motivaron esas expresiones. Todo lo demás sobra.
Santo Domingo, R.D., viernes, 05 de agosto de 2011.
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