AM
De Diario Libre
Es muy posible que Kathleen Martínez encuentre la tumba de Cleopatra antes de que Roberto acabe las obras del parque Eugenio María de Hostos. Desenterrar 2,000 años de historia debería ser más complicado que arreglar una plaza, pero en Santo Domingo las obras públicas tienen su propio "tiempo".
Sus más de 500 años de historia lucen poco, la capital ha crecido mal; es agresiva con el ciudadano y está siempre sucia. Pero sobre todo, es una ciudad que no se pasea y por lo tanto no se conoce bien, no se ama.
Aquí, las aceras tienen la impropia función de almacenar basura, que después será garbosamente desparramada por el camión que la recoge. Son el espacio más a mano para montar talleres de reparación de vehículos, maniquís de tiendas de ropa, grasientos negocios de comida, mesas de dominó, hormigoneras de las construcciones aledañas, incluso parqueos para los que van al Mirador a hacer ejercicio pero no pueden caminar antes 20 metros.
Roberto Salcedo.
Pero Santo Domingo sobrevivirá a sus maltratadores. Ahora dos asociaciones se proponen rescatarla de la indiferencia de los responsables políticos y las prácticas de algunos vecinos.
La Asociación Ciudad de Ovando y el Cluster Turístico de Santo Domingo son empeños formidables de devolver a la ciudad su alma. La PUCMM se une, y acaba de celebrar una jornada brillante sobre marketing de ciudades.
Las ciudades con mar no dejan a nadie indiferente, tienen una alegría especial, vocación universal. Eso está ahí, ahora hay que hacer que se note.
Santo Domingo, R.D., viernes, 19 de agosto de 2011.
No hay comentarios:
Publicar un comentario