Orlando Gil
LA RESACA
¿Por qué las resacas en política duran tanto tiempo? Hace seis meses que el PRD tiene de candidato a Hipólito Mejía, que éste se despliega en campaña por todo el territorio nacional, e incluso da calor a las seccionales en el exterior, que aparece por muchos puntos alante en las encuestas, y todavía se habla “con preocupación” de perredeístas que no se integran a los trabajos, a pesar de haber un protocolo con tales fines. El hecho se minimiza, pero el propio Mejía acepta pequeñas dificultades y se informa de una reunión entre él y el presidente del partido para resolver la situación.
Se hace muy cuesta arriba un encuentro con ese propósito, pues darían la impresión de que no se trata de simples escarceos, sino de serios inconvenientes que afectan la campaña o las posibilidades de Mejía ganar las elecciones. No debe olvidarse que en la política dominicana la realidad no se impone tanto como la percepción. O peor todavía. Que las percepciones se manipulan, y son muchas las cosas que aparentan, que verdaderamente no son...
EL BOCHINCHE
El temperamento de los perredeístas es muy dado a este tipo de situación, de debatirse entre ser y no ser. Nadie entiende la preocupación por los ausentes, ya que el desempeño del partido y del candidato demuestra que no hacen falta, o que sin ellos puede hacerse la campaña y ganarse las elecciones. Esto, si realmente está diciéndose la verdad. Pues se habla de dos o tres casos que no son ni serían nunca decisivos. El problema, al parecer, es mediático. Los medios de prensa insisten, y como a los perredeístas les gusta el bochinche, hacen coro. Incluso, no se dan cuenta de que ese es un truco viejo, el de hacerse importante, y que en el pasado rendía sus beneficios. Porque la cuestión es muy simple. Si por hache o por erre alguien quiere quedarse fuera de la campaña, solo tiene que recogerse. No, hacen todo lo contrario. Buscan la manera de convencer por trasmano de que la campaña no avanza, que está parada en un solo pie, y que si se mueve, o cojea o se cae. Y la razón, la dicen sin empacho, es que ellos no forman parte de ningún comando...
LOS CASOS
Estas actitudes deben analizarlas muy bien los responsables de la campaña, pues detrás de ellas se esconden propósitos muy claros. De ahora y de futuro. Aparentan desgarraduras individuales, pero en verdad son grupales. Conozco el caso de alguien que estuvo negado a integrarse porque consideraba que lo estaban maltratando, al no colocarlo en una posición que se correspondiera con su prestancia profesional. Luego cambió de opinión cuando se dio cuenta de que eran sus propios compañeros de tendencia que lo bajaban de rango. Igual sé de otro que cuando se le indaga porqué no está en campaña, responde con olímpico acento: “No, decidí quedarme en el partido con Miguel...”. Pero también se menciona a muchos que andarían buscando amparo en el gobierno o en tratos directos con el candidato del PLD Danilo Medina. Estos hay que verlos como lo que son: ejemplos extremos. Son los consabidos perredeístas que no saben sobreponerse a una derrota interna, o que hicieron de la rivalidad política un enfrentamiento personal...
EL REDUCTO
Cuando un seguidor de Miguel Vargas hace de su excusa una proclama, de que no se integrará a la campaña porque va a quedarse en el partido junto al propio presidente, deja claro que hay un reducto y una decisión tomada. Pero igual, cuando el mismo Vargas declara de que como no tiene atribuciones de campaña, pues no es candidato a nada, se mantendrá a distancia y solo actuará en el marco institucional. No queda dudas, por tanto, de que las ausencias, la no integración, no son resabios de lucha interna, sino un comportamiento artero. De que no se trata de actitudes, de vagancia, de narcisismo, sino de planes elaborados con tiempo, pero sobre todo con acechanza y alevosía. Hipólito Mejía que haga su campaña, y si le va bien, que sea presidente. Pero entre tanto Vargas y los suyos apuestan a lo contrario, manteniendo en expectación un proyecto político paralelo. Dicen que Vargas habría confiado que haría por Mejía ahora en el 2012 lo que Mejía hizo por él cuando fue candidato en el 2008. Esto es, nada. La reunión de que se habla no sería para solucionar pequeños problemas de integración, sino para resolver la suya...
Santo Domingo, R.D., jueves, 18 de agosto de 2011.
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