viernes, 12 de agosto de 2011

Quienes en la práctica renegaron de sus sueños quieren ahora embaucar con teoría


SULGIDA NIN

Cuando el profesor Juan Bosch dejo el Partido Revolucionario Dominicano, dijo que lo hacia porque el PRD le quedo chiquito a sus ideas.

Un grupo de hombres se quedó en el Partido liderados por quien, como lo llamó el pueblo, el timón de Peña Gómez.

El Partido llegó al poder llevando como candidato a un hombre sin academia, un hombre práctico, como lo fue Antonio Guzmán Fernández,  a quien le tocó hacer la transición de los doce años de Balaguer a una democracia que, con excepción del Gobierno del propio PRD en el ‘62, jamás había experimentado la Republica Dominicana.

El  Partido de la Liberación Dominicana” que soñaba con un pueblo libre de la miseria, el analfabetismo, la corrupción y otros males sociales, asumió el poder con un mal en sus genes.  Aupado por las sombras del reformismo, de un antipeñagomismo radical que exhibía el entonces presidente Balaguer, que prefería quedarse ciego a terror  por sacar un ojo  al líder indiscutible del Pueblo Dominicano, al hombre que había nacido de las entrañas de la  mas espantosa miseria, a José Francisco Peña Gómez, y que rompió el predicamento de que nadie es profeta en su tierra.

Ese Partido de la Liberación Dominicana” lleva 12 años en el poder y en doce largos años no ha podido sacar a este pueblo de uno solo de sus males.

Es verdad que ese Partido ha liberado al Pueblo, pero lo ha liberado de la esperanza, de los valores, de los principios, de la paz, de la tranquilidad, de la seguridad y lo ha sumido en la desesperanza, en la desilusión, en la corrupción, en el caos, en el desorden.

Juan Bosch debe estar sufriendo, por ver tirados por la borda sus sueños y sus esperanzas; sus malos hijos renegaron de sus enseñanzas y de sus sueños.

Quizás los gobiernos que ha conformado el Partido Revolucionario Dominicano tampoco han llenado las expectativas del pueblo en un  ciento por ciento, pero frente a los malos gobiernos del PLD, los del PRD son mejores, muchos mejores.

Estos, los mal llamados “de la liberación dominicana”, estando en el gobierno, teniendo todo el poder, no han hecho nada y prometen hacer si continuaran en el poder. ¡Que ironía! No hacen pudiendo y piden que los mantengamos para hacer si ganan, lo que no hacen ahora que están. ¡No señor, no debemos dejarlos pasar!

Hipólito Mejía  como presidente, en sus primeros años, hizo un gobierno a la medida de las necesidades del pueblo, los dos últimos, circunstancias ajenas al gobierno le hicieron tomar medidas heroicas que tuvieron un costo político, pero que el tiempo le ha dado la razón y han hecho ver lo atinado de sus actuaciones.

Quiebras de bancos, que enfrento como debía, pero que no había precedentes, para comparar. Veamos hoy el trato que se le dio en los Estados Unidos y en otras partes del mundo a una situación similar. Se hizo lo que se debía y tenía que hacerse. El precio fue alto, pero se pagó.

Hoy que el pueblo reconoce que se hizo lo que se debía, siente la necesidad de restituir a un hombre valiente y dispuesto como Hipólito Mejía en la conducción del Estado, a sabiendas de que si se cometió algún error en el pasado este ha sido el maestro para el presente y el futuro de un mucho mejor gobierno en las filas del PRD.

Sí, Hipólito merece una nueva oportunidad de dirigir los destinos nacionales, y muchos hombres y muchas mujeres estamos trabajando para que así suceda, para canalizar acertadamente la voluntad del pueblo que se manifestará en millones de votos blanco en la próxima contienda electoral.

¡Adelantes compañeros!  Unidos a buscar el poder que merecemos, para trabajar junto al pueblo una nueva esperanza, un más seguro presente y prometedor futuro. ¡Adelante en unidad y victoria!

Santo Domingo, R.D., viernes, 12 de agosto de 2011.

1 comentario:

Bolivar dijo...

La Verdad es que hay que ser bien lambona para aplaudir el gonierno de Hipolito Mejia....iba bien acabando a los de el PLD que no sirven...pero de ahi a planter el re-ascenso de Hipolito, hay un largo trecho.

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