AL DIA//
JUAN JOSÈ AYUSO
Esa es la mentalidad que ha impedido que el Partido Revolucionario se fortalezca como tal. Entre los dirigentes de todo nivel de ese grupo, cada cual se siente un “líder indiscutible”, cada quien entiende que “da” para presidente de la República y cada uno quiere que, en caso de victoria municipal o nacional, se le dé “lo mío”.
Después de una al parecer amarga experiencia en las elecciones de 2008, Miguel Vargas Maldonado abogó por modificar los estatutos para que quien fuera elegido candidato a la Presidencia cayera, de manera automática, como presidente del PRD.
Eso, según él, evitaría que el mando central de la campaña electoral se disgregara y aseguraría que los fondos partidarios se utilizaran para satisfacer las necesidades de la candidatura.
Se hizo evidente que Vargas Maldonado, como candidato, había sufrido dificultades en 2008 con el presidente del PRD, que entonces lo era Ramón Alburquerque.
Pero dice el refrán que “no es lo mismo con violín que con guitarra” y, muy poco tiempo después, el excandidato presidencial y exprecandidato en marzo pasado, quien perdió la convención, declara ahora que “cedió” la candidatura para evitar una ruptura en el PRD,
Esa “confesión” de Vargas Maldonado fue para añadir a continuación que la candidatura el PRD no le había conferido a su gente las posiciones de decisión y mando que merecen en los diferentes organismos de campaña.
De esas declaraciones de infiere, en primer término, que el exprecandidato no acepta su derrota en marzo y que por ello actuará en consecuencia, lo que en realidad no tiene importancia porque el triunfo de Mejía no sólo fue claro sino que a partir de ahí ha concitado el apoyo de la mayoría de los dirigentes de todo nivel y militantes del PRD.
Pero se concluye de esas declaraciones, también e incluido el “sacaliñe” del sacrificio de “ceder” la candidatura, que Vargas Maldonado, como todo buen perredeísta, busca “lo mío” para los suyos y para él.
A José Francisco Peña Gómez se debe, en el PRD, la mentalidad y práctica política de “lo mío” o, lo que es lo mismo, el desorden institucional de la entidad y su conversión en una federación de “fuerzas” integrada por cada uno de los altos, medianos y pequeños dirigentes.
Recuérdese que a ese tan mencionado dirigente del PRD se debe la caricatura del “dos por dos”, que consiguió en tratar de multiplicar las candidaturas a diputados y senadores para dividirlas en un ejercicio de dos años, con lo que la “conchupancia” de los “compañeros” también se multiplicaría por dos.
(Sobra recordar que sólo el diputado Ernesto Valette Pérez cumplió, a sus dos años de gestión, con entregar al “ganador” número dos).
Santo Domingo, R.D., Martes,13 de septiembre de 2011.
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