miércoles, 14 de septiembre de 2011

ORLANDO dice... : La labor de inteligencia en esta etapa de la campaña

ORLANDO DICE// 
ORLANDO GIL

ENCUESTAS.- No hay duda de que en esta etapa de la campaña la labor de inteligencia tiene mucha importancia. Las quintas columnas están realizando un trabajo encomiable, sin que se sospechen ni descubran. 

Se sabe por los resultados. Las encuestas, por ejemplo. Cada bando sabe cuándo el contrario va a publicar una y se le adelanta o le sigue. De manera que la suya marque la pauta o se aproveche de los descuidos del oponente. 

No puede ser ni es casualidad que se den a conocer dos encuestas el mismo día y que sus números sean tan distantes como el cielo y la tierra. Cuando se averigua, cada una tiene un sello conocido. 

¿Cuál es el criterio que prima en estos casos? Es mejor contaminar el ambiente a dejar que una percepción se consolide. Además, a estas alturas del juego, las firmas son condescendientes y se permiten algunas libertades. 

Después se corregirán sobre la marcha y no tienen por qué matar la gallina de los huevos de oro. Ahora es un momento de lucírsela, pero también de ganar dinero. Igual, los candidatos deben recaudar, pues si no ¿con qué pagan?... 

EL TRABAJO.- Los políticos, los partidos y los candidatos saben que las elecciones no se ganan con encuestas, pero no se resignan a dejar su suerte en manos de la sola percepción del votante. La ayudan, la refuerzan y la establecen con mediciones frecuentes o periódicas. Las elecciones se ganan con trabajo político. Hipólito Mejía tiene eso claro, y se despliega de maravillas, aun cuando sus equipos no asimilen su rendimiento. 

Por ejemplo, esa reunión de ex presidentes celebrada en Perú, y a la que asistió, incluso dejando tareas pendientes aquí. Debió de habérsele sacado mayor millaje, pues a Mejía como candidato le conviene ese roce. 

Que se le vea en otra dimensión. Que no solo tenga afectos de los dominicanos, sino de sus iguales en otras latitudes. Necesita de un aura de trascendencia, de reconocimiento, pues son aspe tos que aprovechan al negocio. 

Danilo Medina se dio una vuelta por Brasil y se contagió con Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Roussef. Y de Leonel Fernández, su Némesis, ni se diga. Todo lo que Mejía haga ahora debe ser puesto al servicio de su causa… 

LAS CASAS.- Danilo Medina no es tan desenvuelto, pero la campaña, ya en manos de otros, lo apresura y hay que reconocer que su rendimiento es mayor. Estaba encantado con su sector externo, pero se le hizo ver que con lo ganado en esa especie de sociedad civil no era suficiente. Que había que conseguir o recuperar el cariño de los aliados, los cuales hasta ahora han sido decisivos en los últimos triunfos del presidente Leonel Fernández y del PLD. Salió a visitar al vecindario y de seguro que encontrará muchas casas divididas. La de los reformistas, por ejemplo. 

Ahora les ha dado con tener cabezas, y como todo lo que se exagera, resultan monstruos tan difíciles de tratar como la hidra. Todo lo que miran de frente se convierte en estatua de sal, pues tienen la peor de las virtudes: se malinterpretan ellos mismos. Así, no hay manera de que se entiendan nunca, y tampoco que puedan asumirse como polo. El problema no es de fortaleza o debilidad, ni siquiera de coyuntura, sino que se consumen en la necedad. Tan atentos están unos de otros que todos se olvidan de hacer el trabajo… 

EL TIEMPO.- Los reformistas no se dieron cuenta de que después de tantos tropiezos, y caídas, y pérdidas de fuerzas, no podían caminar derechos. Incluso, se pusieron a aprobar cosas con entusiasmo ajeno. Hicieron su congreso, y qué bien. Y fue bueno y productivo, mejor. Los puso a todos bajo un mismo techo, de manera que podían protegerse de las goteras si llegaban las tormentas. Eso era lo importante, y eso es lo que debe valer ahora. 

Lo del camino propio, al pasar de los meses, no fue más que un embullo. Si se quiere, una intención. Hay situaciones que no pueden improvisarse ni darse de un día para otro, aun cuando el panorama sea enteramente auspicioso. El tiempo, cuando no es un aliado, es un enemigo. El PRD, después de las abstenciones de l970 y 1974, tomó su decisión de ir a elecciones en l976. Esto es, con dos años de anticipación, espacio que fue más que suficiente para acoger la lucha interna, seleccionar sus candidatos e imponerse en las nacionales de l978. No siempre querer es poder, y en el caso de los reformista, peor. Ellos no quieren… 

Santo Domingo, R.D., Miercoles, 14 de septiembre de 2011.

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