domingo, 4 de septiembre de 2011

Preocupación


Editorial El Nacional

El caso  de un teniente de la Fuerza Aérea  abatido a tiros la madrugada del viernes por una patrulla  de la Policía que lo sorprendió junto a otros tres  individuos cuando intentaba robar una sucursal bancaria en Imbert, Puerto Plata, se  suma a otros hechos delictivos  perpetrados en las últimas semanas en  los que estuvieron involucrados militares oficiales, clases y alistados.

Se trata de una tendencia  delictiva preocupante que el alto mando militar  debe  afrontar en sus raíces, porque no debería ser asumido  como simple  suceso de delincuencia común episodios de atracos, asaltos, secuestros, sicariato, tráfico de drogas y otros hechos criminales en los que participan  militares o policías.

Las Fuerzas Armadas  actuaron con diligencia y rectitud al  someter a los tribunales al grupo de oficiales que participó junto a civiles en la ejecución de  siete extranjeros  en la comunidad de Paya,  Baní,  asesinatos relacionados con un tumbe de drogas.

Los uniformes del Ejército, Marina y Fuerza Aérea han sido manchados por  personas sin escrúpulos que integran bandas de narcos o que forman  sus propios grupos criminales, como lo demuestran los numerosos expedientes que el Ministerio Público ha remitido a la justicia, en  los que se  acusa a miembros de cuerpos armados de incurrir en violencia criminal.

El segundo teniente Víctor Marcelino Reyes Silverio, de 36 anos, residía en el barrio El Tamarindo, de Santo Domingo, desde donde se trasladó a Imbert  junto a otros tres  civiles, con equipos de acetileno, cizallas, patas de cabra, mandarrias, gatos hidráulicos y otros instrumentos y escaleras, con la intención de penetrar de madrugada y robar en la sucursal bancaria.

Los institutos castrenses están compelidos a ejecutar una oleada de  saneamiento para expulsar de su seno a gentes  con notoria conducta delictiva, labor que también debe profundizar la Policía, porque ningún militar ni agente policial le asiste derecho ni autoridad para incurrir en crímenes y delitos amparado en tan dignos uniformes.

Al consignar extrema preocupación por los frecuentes casos de  delincuencia criminal en los que  están envueltos miembros de las Fuerzas Armadas la sociedad toda reclama que el alto mando  aplique acciones correctivas y preventivas a los fines de que  ningún delincuente se le permita vestir uniforme militar.

Santo Domingo, R.D., domingo, 04 de septiembre de 2011.

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