jueves, 15 de septiembre de 2011

Progreso y desarrollo en medio de la pobreza


TEÓFILO QUICO TABAR

Buscando desviar la atención por impopularidad del gobierno ante las denuncias de irregularidades, demandas sociales y económicas, corrupción, inseguridad, desempleo, apagones, narcotráfico,  el Presidente  convoca reuniones de cúpulas y hace propuestas de corte internacionalista, tratando de presentar la cara de una  nación que avanza y progresa,   pero olvidan, que no solo en el interior, sino tan solo a  minutos del Palacio Nacional,  está la cara real   de un pueblo, mayoritariamente sin agua, instalaciones sanitarias, lleno basura y gente  sin trabajo, todos bajo el acecho de la delincuencia y la criminalidad.

Si bien ha crecido la riqueza de una pequeña parte de la población, se  ha multiplicado  la pobreza de la otra gran parte, lo que  constituye  atraso de conjunto. Solo han aumentado las cifras e incluso las riquezas de forma particular, pero no la distribución de las mismas de forma equilibrada.

Los que  se conforman con los avances selectivos, son los que tienen la concepción de que somos varios países a la vez: Uno  rico y próspero para un grupito; otro para la clase media que vive lo comido por lo servido, y la  mayoría  de la población que no tiene acceso a ninguna de las cosas que se consideran esenciales para una vida digna.

Torre Artiemar. 

Cuando en una sociedad no hay tantos lujos ni  riquezas acumuladas en pocas manos, aún no teniendo la gran base del pueblo  acceso a todos los modernismos, pero disponen de lo esencial, se podría considerar como un país,  más o menos equilibrado; pero cuando la riqueza está concentrada; hay funcionarios que ganan millones;  contratistas que enriquecen de la noche a la mañana; dirigentes que ayer andaban humildemente por las calles y hoy hacen ostentaciones de riquezas, y las mayorías no tienen nada, solo podemos definirla como inhumana.

Por esas razones, el primer paso que tiene que dar el próximo gobierno de Hipólito para que la gente no pierda la fe en el sistema democrático y lograr una sociedad más justa, es buscar el equilibrio económico y social, creando un estado de derecho humanista, que le  garantice a la gente igualdad de oportunidades y que resuelva los problemas primarios de quienes parecen haber perdido el derecho a vivir decentemente.

A orillas del rio Ozama.

Un gobierno que tenga conciencia de que para hablar de progreso,  la gente tiene que contar con comida, techo, trabajo, salud, educación, seguridad y diversión sana. Que sin  ignorar la especulación internacional, que no depende de nosotros, elimine la que se produce aquí, comenzando por las áreas oficiales.

Un gobierno, que  para acabar con el bandolerismo, tráfico de drogas y la criminalidad, busque soluciones más allá de eliminar celulares y comprar perros amaestrados. Que le de vergüenza de que los foros internacionales nos coloquen en los peores niveles en educación, competitividad, salud, energía eléctrica,  y  primeros en despilfarro público, delincuencia, narcotráfico,  etc. Que no exprese que la delincuencia es producto de la percepción. Que comprenda, que el país no es un grupito, sino toda la gente. tabasa1@hotmail.com  

Santo Domingo, R.D., jueves, 15 de septiembre de 2011.

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