miércoles, 7 de septiembre de 2011

Una buena manera de empezar


JULIO CURY

No podemos seguir aplazando la cita con el cambio si queremos encaminarnos hacia el desarrollo. Llevamos demasiado tiempo gastando más de los que podemos, subsidiando servicios, comprando bienes a sobreprecio, contratando más empleados públicos de lo necesario, y todavía peor, contrayendo deudas para realizar obras innecesarias y pagar intereses vencidos de otros préstamos.

¿Por qué el crecimiento del PIB no corre parejo con la disminución del índice de desempleo y la franja de la pobreza? ¿Qué explica el deterioro de la calidad de vida de la gente y las deficiencias de los sistemas educativo y de salud? Hay más de una razón, pero la injusta distribución de las riquezas que se promueve desde el Estado es la más importante. 

Es imposible continuar como vamos, con un modelo económico que no acierta a reducir la pobreza ni las dolorosas desigualdades sociales que prevalecen, y que indudablemente están asociadas con la altísima tasa de delincuencia que consterna a la sociedad.

¿Qué debemos hacer? Muchas cosas, pero tal vez convendría empezar revisando la sofocante carga impositiva, reduciendo el gasto público, prescindiendo de empleos parasitarios que drenan los ingresos tributarios, y consensuando las inversiones en obras de infraestructura con la mayoría calificada del Congreso Nacional.

En fin, ante la crisis de credibilidad que abate a las autoridades, y que se ha convertido en el mejor abono de crecimiento de Hipólito Mejía, es cuestión de que coloquen en el centro de sus prioridades la aplicación de cuantas medidas contribuyan a evitar una explosión social.  

Santo Domingo, R.D., miércoles, 07 de septiembre de 2011.

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