miércoles, 5 de octubre de 2011

Julio Cury: La “h” en nuestro abecedario




Lo que está pasando en este país pasa de castaño oscuro. La gente tiene miedo de salir de sus casas, y cuando decide hacerlo, lleva el corazón en la boca, temerosa de que en cualquier parte la asalten. Andamos como esquizofrénicos, mirando permanentemente hacia atrás y hacia los lados con la rabiza del ojo, y reitero que tan dignos de pena son las víctimas como los victimarios, porque estos últimos son empujados al crimen por el desempleo, por sus agobiantes necesidades económicas, por la rabia e impotencia que han acumulado por cuenta de las dolorosas desigualdades que la corrupción administrativa ha promovido.

Tenemos un tipo de cambio estable que, sin embargo, no ha impedido que los alimentos y las medicinas suban de precio. Estamos hasta las cejas de cargas impositivas que además de recortar nuestra capacidad adquisitiva, han paralizado la creación de nuevos empleos. Y la cascada de préstamos que esta administración ha contraído en nombre de sabe Dios qué generaciones por nacer, impide desmontar los impuestos a los combustibles y dinamizar nuestra maltrecha economía.

 Vamos mal; este país tiene que dar un giro, evitar que los ejemplos de inmoralidad pública estimulen a las nuevas generaciones para que sigan creyendo que el poder es una cantera de enriquecimiento lícito. Debemos reinsertar la h en nuestro abecedario político, la h de honor, de honestidad, de humildad, de hogar, de hermano, de honorabilidad, de humano, de honradez, la h con la que se escribe el nombre Hipólito y de todo lo que él simboliza. Pobre de nosotros si cometemos el error de conjugar por otros 4 años el abecedario sin esa h.

Santo Domingo, R.D., miércoles, 05 de octubre de 2011.

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