lunes, 3 de octubre de 2011

Todo se vale, pero ¡carajo!


Eduardo Álvarez 

Hemos sido testigos y victimas, todos los dominicanos, del uso de recursos públicos para escamotear elecciones presidencias, congresuales y municipales. Pero nunca habíamos escuchado un anuncio hecho en ese sentido, con tanto desparpajo e irrespeto a la población como el que se le atribuye al presidente Leonel Fernández y repiten, jubilosos, seguidores de Danilo Medina. 

La exposición del Presidente ante un reducido y escogido miembros de su entorno partidario, hecha a puerta cerrada en el United Palace Hotel, de New York, fueron difundidas por todo el mundo, gracias al trabajo profesional del periodista Miguel Cruz Tejada. Se trataba de un encuentro entre compañeros del PLD, algo así como los preparativos de un palo acechado. 

Fernández habría planteado su disposición de utilizar 40 mil millones de pesos para “comprar” la voluntad popular, repartiendo comida entre lo pobres, los mismos que se mantienen estancados, debido a su política de construcciones concentradas en un par de obras, buenas apenas para engrosar el patrimonio de un par de funcionarios corruptos. 

Los fondos de Sunland fueron utilizados para “aplastar” a Danilo Medina, hoy eufórico con la posibilidad de utilizar estos 40 mil millones de pesos para detener las fuerzas de Hipólito Mejía y el PRD. Le sobran motivos para apostar al engaño. 

Busca superar los casi 20 puntos de ventaja de Mejía, utilizando estos recursos y provocando la separación del PRD de Miguel Vargas y su grupo. Calculan muy mal si cuentan con la inmolación de estos dirigentes, quienes nunca pondrían en juego su futuro con un plan ajeno a historial partidista, como el que pueda ofrecerle el candidato del PLD. 

Se habla de una formula, que ellos denominan, con sarcasmo, como M16, en la que Medina le promete al presidente del PRD apoyar su candidatura en el 16, echando a un lado al presidente Fernández, indiscutible candidato presidencial del PLD en el 2016. Jugada que, de ser cierta, cuestiona la fidelidad y gratitud del aspirante peledeísta hacia su líder y principal sustentador. 

En política todo se vale, pero hay cosas que van muy lejos, como esa de anunciar en público el uso del erario para comprar a la gente. Y como todo se vale, también podría haber algo de cierto en el concebido plan –por cierto muy remoto, dadas las escasas posibilidades de Medina-, esa de suministrarle a Fernández la receta aplicada. 

“La venganza es dulce”, podría decir un danilista con buena memoria. Las heridas dejadas por las confrontaciones políticas no cicatrizan tan fácilmente, apenas se vendan y cogen postillas, para salir a flote oportunamente, confiando en aquel viejo adagio: el que ríe de último ríe mejor. 

Santo Domingo, R.D., lunes, 03 de octubre de 2011. 

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