AM.
Adriano Miguel Tejada
atejada@diariolibre.com
La entrega a las autoridades haitianas del recinto universitario construido por el Gobierno dominicano en ocasión del terremoto en esa nación hace dos años, no deja de tener sus bemoles e ironías.
Vista parcial universidad obsequiada por el Estado dominicano al pueblo haitiano.
La obra resalta como esperanza entre tanta miseria humana, sin olvidar aquello de "primus vivere, deinde philosophare".
Por otra parte, el recinto tomó el nombre del emperador Henri I, el conocido Henri Christophe, el constructor de La Citadelle y el hombre que ordenó los degüellos de Santiago y Moca durante la invasión haitiana de 1805.
Christophe, aunque había tenido la previsión de apartar los terrenos para una escuela de altos estudios, no era el nombre más apropiado para una institución donada por la República Dominicana, donde su recuerdo es de destrucción y muerte de inocentes.
Haitianos amontonados en improvisadas casas de campaña levantadas tras el terremoto que azoló la empobrecida nación.
Ojalá que esta donación y las luces que deben salir de este recinto ayuden a que nuestros pueblos se reencuentren, sin los agravios del pasado, en la búsqueda de un mejor porvenir.
Santo Domingo, R.D., miercoles, 11 de enero de 2012.
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