domingo, 1 de enero de 2012

Retronar el trabucazo para despertar de este engañoso y vil accionar

Porque… “Nada es cierto, excepto el pasado”.

ESTO PIENSO, ESTO CREO
Rafael R. Ramírez Ferreira 

Las medidas no han faltado, quizás valor para implementarlas. Talvez el valor ético no ha sido suficiente para ejecutar las tantas hipótesis y teorías para resolver los graves problemas planteados. Se buscan lacayos extranjeros y nacionales para que expongan y agiganten bonanzas, que solo existen en los ejercicios académicos y, pena de aquel, nacional o extranjero que dude sobre estas argumentaciones.

Quizás la solución de todos estos problemas que nos agobian, estribe en ser menos modernos, menos vanguardistas y por el contrario, bravear, rugir y aplicar con fortaleza de espíritu y la suficiente fuerza ética, todas las medidas tendentes a producir los resultados esperados por la clase menos pudiente que compone la gran mayoría, esto es, el llamado y cada vez más popular, club de los pendejos.

Quizás no solo sea que los funcionarios rujan como leones sino, que saquen y apliquen las garras, las ganas, no precisamente para llevar a cabo las injustificadas indelicadezas a las que se han acostumbrado, sino, para ocuparse de los problemas nacionales y dejar los del mundo para después, pero con soluciones y propuestas que no se pierdan entre las nubes de sus acomplejados egos, o en las argumentaciones conceptualizadas dentro de los laberintos, edificados en el azul vacío.

Uno de esos viejos amigos que han tenido el privilegio de ver innumerables facetas de la vida, me dijo que muchas veces ha pensado en claudicar de las cosas buenas en las cuales ha creído durante toda su vida, pero, que había leído en estos días que a veces es mejor hacerse a un lado, que seguir luchando por algo que no tiene solución, como aquella de creer que los malvados se pueden arreglar. Muy a pesar, me dijo que continuaría creyendo, que no cedería, quizás por testarudo, solo para contrariar.

A mí, por el contrario, me parece que en ocasiones hay que hacer una retirada ordenada, crear un compás de espera, hacer una operación retardatriz o una operación retrógrada, cual que sea la más conveniente, todo con el objetivo de reunir o organizar la fuerza o darle confianza al enemigo que en esos momentos es fuerte, mientras reestructuramos la fuerza para proporcionarle el golpe final, porque, definitivamente, no creo en inmolaciones pendejas.

Estamos rompiendo récord en cuanto a la corrupción y eso es bueno, porque corrobora la percepción que existe sobre el tema, muy a pesar de las bocinas que dicen lo contrario. Cosa igual acontece con la transparencia, que para muchos está bien y mejorando, claro, que esto es para los que se han acostumbrado a vivir en el fango ético-moral, por lo cual para ellos lo normal, es respirar y ver al través del fétido lodazal.

Quizás, solo quizás, un poco de educación histórica y filológica nos ayuden a comprender este decir y argumentar conceptualizador que poseen determinados teóricos que nos mal gobiernan y que dicen y pregonan las soluciones de todos los problemas tanto nacionales como del mundo, sin que tengan el valor para hacer frente, con honradez y valentía a esta desgraciada crisis que acogota y que su cobardía e inmoralidad nos han causado.

Es un miedo cerval y profundo estupor lo que provoca leer las peroratas de estos indelicados, con relación a la solución de los dolorosos y prolongados problemas que ellos mismos han creado y alimentado, mientras sus actuaciones nos empujan cada día más hacia el mayor de los abismos sin que lleven a cabo una retrodatación de ese discurso engañoso, ruin y malvado que han sostenido.

No ponen el pensamiento y la acción aquí, en esta tierra, claro, para las indelicadezas sí. Porque, al parecer, viven en galaxias lejanas, bien alejados de la racionalidad funcional y ética, alejados del sentir humano y, sobre todo y muy por encima de todo, alejados de todo lo que pueda implicar la genealogía de la moral. ¡Malaya sea! ¡Sí señor!

Santo Domingo, R.D., domingo, 01 de enero de 2012.

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