AM. De DiarioLibre
A Danilo Medina no se le pueden negar una serie de cualidades imprescindibles para la tarea que le toca: es tenaz y prudente, es organizado, conoce perfectamente la estructura del Estado, delega. Y es discreto.
Sus detractores consideran que él es el cerebro detrás de toda la arquitectura clientelista del PLD; que no la podrá contener, y que tampoco tendrá suficiente libertad de movimientos para enfrentar la corrupción que hay dentro de su partido.
La incógnita, qué hará con temas heredados de la administración Fernández que han logrado generar un sentimiento antipeledeísta que él está llamado a disolver. Por el bien de todos, no sólo de los suyos.
La Junta Central Electoral podía haber hecho las cosas mejor. ¿Qué buscaba impidiendo el acceso a los técnicos de los partidos, si el reglamento claramente estipula que podían entrar al recinto al que les fue vedado el paso?
A Danilo, además, le toca lavar la imagen autoritaria y absolutista que ha dejado un PLD ávido de controlar (y exitoso en lograrlo) todos los estamentos judiciales y de control que tiene el Estado.
Le toca, pues, devolver el Estado a los ciudadanos. Oxigenar la democracia.
Lamentable el expediente de compra y venta de cédulas que auspician los partidos, en un ejercicio antidemocrático y probablemente inútil. Los partidos, de nuevo, como parte del problema y no de la solución.
Y una tarea para todos, lograr que el periodo de traspaso de poder se haga en tres semanas y no en tres meses. Demasiado tiempo.
Santo Domingo, R.D., martes, 22 de mayo de 2012.
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