martes, 25 de septiembre de 2012

Dengue infanticida



Sergio Sarita Valdez

Desde la ciudad de Nueva York en 1873 Samuel Hazard publicó un valioso libro sobre la República Dominicana, el cual tituló “Santo Domingo, su pasado y presente”. 

Con relación al mismo el presidente de la Sociedad Dominicana de Bibliófilos escribió en el 2012: “El autor de esta obra fue un destacado intelectual estadounidense que, como parte del equipo de investigadores que acompañó a la Comisión nombrada por el Congreso de los Estados Unidos para investigar la posible anexión del territorio dominicano a ese país, solicitada por el presidente Buenaventura Báez, se encargó de recorrer la isla con una mirada crítica y profunda hacia las realidades socioculturales locales de esos tiempos y los que le antecedieron”.   

Caminando por el sector de Pajarito, hoy Villa Duarte, en Santo Domingo, Hazard escribió: “Recorriendo el lugar me divirtió mucho una visita que efectué a la  escuela de la aldea, que consistía simplemente en una choza techada con cañas y con el suelo de tierra en la que se hallaban sentados en taburetes cierto número de niños de ambos sexos y de todos los colores”. 

“Me sorprendió ver junto a cada alumno un gallo de pelea atado a una especie de percha; al pedir una explicación de ello a los niños, ellos me respondieron: Oh, son del maestro, que los hace pelear el domingo. Este funcionario no estaba entonces en la escuela, pero lo encontré después: era un inteligente hombre de color al que divirtió mucho mi sorpresa ante aquellos nuevos métodos pedagógicos, que explicó encogiéndose de hombros y con la observación “cosas de Santo Domingo”.

Ese mismo tipo de explicación pudiesen dar los galenos que en septiembre de 2012 decidieron enviar una paciente de  nueve meses desde la ciudad de Barahona al hospital Robert Reid Cabral de Santo Domingo. La menor cursaba con fiebre de cinco días de evolución tratada con acetaminofén. Presentaba además líquido en el abdomen y el tórax, así como un pequeño punteado hemorrágico en el cuerpo. 

Fue diagnosticada como un dengue grave con signos de alarma.  A su llegada a la emergencia del hospital los estudios de laboratorio mostraron un conteo de plaquetas muy bajo y una hemoconcentración. Los signos cardiorrespiratorios y cerebrales correspondían a los de un estado de shock. A las tres horas de ser admitida la niña expiró. 

El análisis crítico retrospectivo luego de practicada la autopsia  y comprobado el diagnóstico de Síndrome de shock hipovolémico por dengue, obliga a preguntar la razón fundamental por la cual esta paciente no fue manejada localmente con vigor en base a expansores del volumen intravascular. De esa manera se contrarrestaba la falla multiorgánica que luego se tornó irreversible. 

Reforzar el contenido plasmático de la sangre no requería trasladar la infante a la capital. Ese tiempo malgastado en transferir a la paciente desde el lejano sur marcó su destino fatal.  El dengue sigue siendo un mal endémico nacional que exige de todos nuestros médicos un completo dominio y familiaridad con sus formas clínicas, manejo efectivo y alerta continua. 

Es como se previene y tratan las modalidades graves y peligrosas de esta virosis. La educación médica continuada sobre los males comunes que afectan a la población ayuda a reducir la mortalidad infantil dominicana. Acá no cabe eso de “Cosas de Santo Domingo”.

Santo Domingo, R.D., martes, 25 de septiembre de 2012.

No hay comentarios:

Translate