ARTURO MARTÍNEZ MOYA
La percepción es que a lo interno el presidente Danilo
Medina se debate entre la lealtad a su partido y el cumplimiento de su deber
como jefe de Estado, mientras el país se mantiene en un hoyo fiscal y la
economía estancada, sin responder a los frecuentes estímulos monetarios. Su
silencio genera incertidumbre y desconfianza, lo que no hace bien a la
economía. Lo que debe prevalecer es el sentido de Estado cuando no hay manera
de ocultar el desguañangue fiscal. Leonel Fernández abusó de los impuestos,
dejando un déficit de RD$110 mil millones al 31 de agosto y proyectándose a
RD$140 mil millones a diciembre.
Como consecuencia del irresponsable manejo de los
impuestos, lo cierto es con FMI o sin él la economía deberá pasar por una
cirugía mayor, con una prolongada convalecencia y un periodo de “España Boba”.
Por eso no se entiende por qué el presidente Medina todavía no se pone de
acuerdo con empresarios, sociedad civil y la fuerza política de oposición, para
una reforma fiscal integral, que minimice el costo del ajuste para los pobres y
la clase media, que relance la economía con un nuevo modelo de crecimiento. Si
privilegió el FMI para un Stand By, debió dar un paso hacia adelante cuando
conversó con el señor Gajdeczka, porque el enfermo se agrava dejando pasar el
tiempo sin decidir.
El inusual informe de la Misión, que ni siquiera menciona
la posibilidad del Stand By, es la mejor evidencia de que el presidente Medina
se mantuvo ambiguo. La Misión escribió que se había comprobado el deterioro
fiscal y de la economía en general, aprovechando para dar un giro a su visita a
República Dominicana, que cumplía con el artículo IV del Convenio Constitutivo,
es decir, no estaban en República Dominicana para negociar un acuerdo, lo que
no es cierto. Dejando a un lado el tradicional estilo diplomático, con dureza
describieron la situación encontrada, lo que no tiene precedente en la historia
de las misiones del FMI en República Dominicana. Afirmaron: “Las posiciones
fiscales y externas se mantienen débiles”. “La situación fiscal se ha
deteriorado en la primera mitad del 2012”. “Las perspectivas macroeconómicas
para el corto plazo representan un reto para las autoridades, reflejando la
necesidad de fortalecer el marco macroeconómico, incluyendo en particular
ajustar significativamente la posición fiscal”. Es decir, una terrible condena
a la gestión de Leonel.
Es probable que la indecisión del presidente Medina se
relacione con el recetario que le leyó el señor Gajdeczka para un Stand By. Que
el presupuesto del 2013 no debía superar los RD$450 mil millones, inferior en
RD$70 mil millones al ejecutado en el 2012. Se necesitaban impuestos por RD$30
mil millones, porque los ingresos corrientes como mucho llegarían a RD$315 mil
millones. El FMI autorizaría un financiamiento externo de solo RD$50 mil
millones y RD$30 mil millones en préstamos de la banca dominicana y de otras fuentes,
porque la condición innegociable era cerrar con un déficit de caja de RD$22 mil
millones, parecido al que inicialmente se había aprobado para el 2012. El reto
de Danilo es negociar un Stand By que no implique nuevos impuestos, es lo que
se espera.
Santo Domingo, R.D., lunes, 24 de septiembre de 2012
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