sábado, 1 de septiembre de 2012

Introspección sobre la reelección de Obama


Jorge E. Herrera De León

En pos de su reelección, el presidente de los Estados Unidos, se medirá en las elecciones presidenciales del próximo 6 de noviembre, al candidato republicano Mitt Romney. Muchos aseguran que ésta podría ser la prueba de fuego en su exitosa carrera política. Acaso, porque no obstante Barack Obama lograr la nominación demócrata en el 2008 y ganar el escrutinio de ese año, nadie ignora que la debacle inmobiliaria lo favoreció y fue determinante. 

Es cierto que el vehemente discurso pronunciado por Obama en la Convención Nacional Demócrata de 2004, donde se declaró abanderado de la necesidad de un cambio, lo catapultó para conseguir los propósitos ya enunciados. Sin embargo, hay que tener en cuenta que a los culpables de la crisis les interesaba más que Obama cargara con las consecuencias, que retener el Poder.

Barack Obama.

Cumplido prácticamente su ejercicio presidencial, Barack Obama, no puede exhibir como logro de su gestión, el cambio en el orden social que prometió. La superestructura económica de los poderes fácticos que representa el ala ultraderechista del conservadurismo republicano, vale decir, la versión moderna del Ku Klux Klan que en esencia es el Tea Party, lo boicotearon sin tregua.

Ahora bien, el hombre ordinario es una cantera de sabiduría; acuñar la máxima, “no hay mal que por bien no venga”, nunca podría ser obra de un cretino. A contrapelo de las malsanas intenciones de los oportunistas de siempre, el presidente Obama decidió distanciarse de los comerciantes de la política que le facturaban sus colaboraciones en las presidenciales de 2008.

Por eso, cuatro años más tarde, los mismos mercaderes vuelcan sus fortunas a favor de Romney con el marcado interés de sepultar la pretensión reeleccionista de Obama, y, de paso, ahogar en un mar de frustraciones, la última esperanza de que la revolución social que implica el cambio prometido, ¡por fin! sea realidad. Sin embargo, hoy, tengo más fe en que la fuerza hispana será la diferencia. Quiera Dios que así sea…

Santo Domingo, R.D., sabado, 01 de septiembre de 2012.

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