MI VOZ ESCRITA
Por Jorge Herrera
jorgeaherrera15@hotmail.com
( y 3)
En síntesis, las dos entregas anteriores tienen el propósito de dejar sentado que todo lo que hasta ahora ha hecho en el Poder el Partido de la Liberación Dominicana, y acaso lo que falta, no es casual. La casuística, no obstante ser una categoría histórica sustentada por Carlos Marx en uno de sus manuscritos, nunca ha sido contemplada por la cúpula dirigencial del PLD en el momento de ejecutar un mandato.
El mandato en el partido morado, puede ser una encomienda política o una tarea partidaria, según sea la importancia, pero obligatoria, y con la sanción precisa ante una eventual desobediencia o el más mínimo descuido. El mandato también puede ser estatutario, escrito o no; o por resolución del más alto órgano de dirección del PLD, como en toda organización sectaria.
Un caso ilustrativo de un mandato estatutario no escrito, podría ser el hecho de no contribuir a la destrucción del Partido Revolucionario Dominicano, en tanto quien contraríe ese deseo que Juan Bosch tuvo que dejar pendiente, no puede considerarse un peledeísta puro. ¡Ay de aquel “miembro numerario” del PLD que por comisión u omisión, no colabore para la realización de ese anhelo.
En ese orden es que hay que interpretar todas y cada una de las acciones de la perversa maquinaria ideológico-corporativa que hoy rige el destino de la nación, luego de agenciarse prácticamente todas las instancias del Poder. De ese manejo cuasi absolutista del Estado, no escapan las estratégicas designaciones del Vice-almirante Sigfrido Pared Pérez, hoy Ministro de las Fuerzas Armadas.
Y, ¿por qué son estratégicas sus designaciones, sin que haya razón alguna que pueda desmentir el concepto? La explicación es simple. Sigfrido Pared Pérez, hasta prueba imposible, es, más que un militar, un cuadro político del PLD, tan comprometido como sus hermanos Reinaldo y Carlos, no por la sangre, sino porque profesan las mismas ideas.
Santo Domingo, R.D., viernes, 28 de septiembre de 2012.
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