Félix Santana García
Con motivo de los debates abiertos en torno a una nueva Reforma Fiscal la sociedad dominicana ha sido testigo y copartícipe de ideas encontradas relativas a conceptos que solo eran del ámbito de economistas y financistas en el marco de las finanzas públicas y gestión fiscal como son los gastos corrientes y de capital.
Como consecuencia de ello ambos conceptos se han puesto hoy en boga permitiendo que la población dominicana reciba lecciones de finanzas de forma directa e indirecta lo que da lugar a que personas sin el conocimiento básico sobre la materia se expresen sobre éstos con asombrosa propiedad.
Lo anterior indica que los creadores de opinión pública educan al ciudadano común como verdaderos maestros en cuestiones de finanzas públicas que al extrapolar las mismas se convierten en pautas a seguir en la vida particular de muchas personas ávidas de conocimientos sobre finanzas públicas y personales.
No solo se habla de gastos públicos per se, sino también de la importancia que tiene el que estos gastos estén revestidos de la mayor calidad que se requiere.
¿Qué significa que los gastos ofrezcan calidad como si se tratara de algún bien o servicio de consumo diario, que deben exhibir estándares de calidad requeridos por los clientes de éstos?
La calidad en este caso se refiere a que éstos deben ser aplicados en planes, programas y proyectos donde los mismos puedan tener un rendimiento, retorno o productividad igual o superior al monto de los recursos originalmente invertidos.
Calidad del gasto también significa mayor eficiencia en el proceso de reducir la pobreza extrema, generar más y mejores empleos, fortalecer la inserción del país en la economía internacional, sostener e incrementar la tasa de crecimiento, desarrollar la infraestructura básica, mejorar el sistema de administración de justicia.
De igual manera La calidad del gasto hace referencia a si los recursos públicos están siendo adecuadamente utilizados, si llegan a quienes deberían llegar, si se utilizan total y oportunamente y si generan los resultados esperados.
De ahí que la administración financiera recomienda que el costo del dinero invertido deba ser inferior o igual a la tasa de retorno mínima que las autoridades de un país esperan obtener al invertir fondos para mantener su valor y atraer nuevas inversiones.
De manera que los gastos como desembolsos que se consumen corrientemente o como un costo que rendirá su beneficio en el corto, mediano o largo plazo deben ser dirigidos estratégica, táctica y operativamente a sectores, donde los mismos se consuman proporcionando el retorno que se espera obtener en función de los objetivos y metas planificados.
Por lo tanto, los gastos públicos deben rendir calidad cuando se desembolsan conforme el objeto de su erogación a los fines de que reporten bienestar a favor de la sociedad en su conjunto que ha pagado gran parte del dinero que se gasta, mediante recaudaciones impositivas o arancelarias y que espera sean retribuidas conforme sus expectativas, necesidades o beneficio común.
Los ingresos corrientes y de capital deben ser aplicados donde puedan reproducirse o multiplicarse ya que de lo contrario serían gastos improductivos como los que en su mayoría se han realizado enriqueciendo un segmento muy limitado de la población, tal el caso de los integrantes y relacionados directos del Partido de la Liberación Dominicana que ha gobernado el país en los últimos ocho años y lo hará en los próximos cuatro.
Por lo que el Consejo Económico y Social (CES) y el resto de la población dominicana deben emplearse a fondo y reclamar a las actuales autoridades de forma sistemática, vehemente y militante que los gastos improductivos del actual presupuesto y los que conformarán los venideros sean de calidad o de alto rendimiento social ya que de lo contrario deberán ser ajustados, reorientados o excluidos.
De no obligarse a las autoridades gubernamentales a cumplir con lo expresado en el párrafo anterior, los gastos públicos solo tendrán vocación clientelista enriqueciendo a unos cuantos oportunistas con fines de perpetuarse en el poder.
Santo Domingo, R.D., domingo, 28 de octubre de 2012.
No hay comentarios:
Publicar un comentario