Eduardo Álvarez
Chávez ganó en buena lid, con una oposición tenaz y, en
cierto punto, desconsiderada. Yo, que
viví el último proceso electoral dominicano, tengo referencia y puedo dar
constancia de lo que es una campaña abusiva. La culminada el pasado domingo en
Venezuela dista mucho de ser excesiva. Más bien, fueron muy moderadas de ambos
lados. Que su contrincante lo haya reconocido y felicitado de inmediato es una
clara muestra de legitimidad y respeto durante la contienda.
Viaje un par de
veces a Venezuela durante el mes de septiembre, días antes del sufragio, y debo
confesar que me satisfizo la equitativa participación de Chávez y Capriles en
lo que se refiere a vallas, bajantes y otros medios externos. En Caracas, el
uso de estos recursos fue prácticamente nulo, exceptuando contados bajantes y
dos o tres vallas electrónicas móviles, utilizadas sobre todo por los
estrategas del candidato opositor.
Hugo Rafael Chávez Frías, presidente de la República Bolivariana de Venezuela.
Por carretera, recorrí varios estados, desde Caracas a Barinas, y puedo dar fe de exigua publicidad exterior con vallas, afiches y letreros que me recordaron las respetuosas y sujetadas propagandas políticas desplegadas en mi país veinte años atrás. Observación que hago en reconocimiento al respetuoso comportamiento de principales competidores en el certamen electoral recién finalizado.
Por carretera, recorrí varios estados, desde Caracas a Barinas, y puedo dar fe de exigua publicidad exterior con vallas, afiches y letreros que me recordaron las respetuosas y sujetadas propagandas políticas desplegadas en mi país veinte años atrás. Observación que hago en reconocimiento al respetuoso comportamiento de principales competidores en el certamen electoral recién finalizado.
Si tuviera que
evaluar la presencia de uno y oro candidato, debo afirmar que Capriles
aventajaba al candidato oficialista, lo cual me resultaba sorprendente,
acostumbrado aquí, en Dominicana, al abuso del uso de los recursos del Estado
por parte de los candidatos del gobierno. Desconozco si el la propaganda esta
regulada en Venezuela, pero lo cierto es que no pude percibir ningún exceso por
parte de Chávez. A los seguidores de
Capriles, por el contrario, se les veía
con muchas ganas de llegar al poder. De ahí
que te encontraras en todas las plazas comerciales con varios puestos de ventas
y regalos de gorras, camisetas, brazaletes y botones con la figura del
opositor.
Henrique Capriles, ex candidato presidencial Venezuela.
El presidente Chávez enfrenta -con más tenacidad en el pasado proceso-, la más abierta y enconada crítica por parte de los medios impresos de mayor circulación, destacando en esa tarea El Nacional de Caracas y El Universal. Capriles fue su consentido, sin guardar las apariencias. También en la televisión y en la radio Chávez no las tenía a su favor. Por lo visto, de ninguna forma se puede decir que el mandatario de la patria de Bolívar haya abusado de su posición. Aquí tenemos mucho que aprender, en ese sentido, de las elecciones venezolana y sus líderes.
El presidente Chávez enfrenta -con más tenacidad en el pasado proceso-, la más abierta y enconada crítica por parte de los medios impresos de mayor circulación, destacando en esa tarea El Nacional de Caracas y El Universal. Capriles fue su consentido, sin guardar las apariencias. También en la televisión y en la radio Chávez no las tenía a su favor. Por lo visto, de ninguna forma se puede decir que el mandatario de la patria de Bolívar haya abusado de su posición. Aquí tenemos mucho que aprender, en ese sentido, de las elecciones venezolana y sus líderes.
Tres semanas antes
de las elecciones, el 13 de septiembre, publicamos un artículo indicando
que las grandes transformaciones sociales de Chávez responden a un fuerte e
irrefrenable deseo de cambio. Eso le dio
el triunfo nueva vez. Igual, reconocimos, en la ocasión, el uso moderado de los espacios abiertos y
los medios convencionales. La propaganda
fue todo lo discreta que pueda ser una acción descentre y respetuosa.
Santo Domingo, R.D., martes, 16 de octubre de 2012.
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