Eduardo Alvarez
Los presidentes de la República, electos en estos
cincuenta años, han llegado gracias al voto de los partidos
medianos y pequeños. Sin que haya una
normativa sobre su participación en los gobiernos, han venido ocupando
posiciones como cuotas de poder, sin tomar en cuenta la naturaleza y dinámica
de cada organismo. Las excepciones son tan contadas como honrosas.
No sorprende que muchos de los organismos incluidos en
estas asignaciones se vean atrapados entre los compromisos partidarios, el
clientelismo, la corrupción, incluyendo la falta de iniciativas y planes que
justifiquen su razón social. Como si se tratara una repartición ajustada a los
sufragios aportados, y no a los méritos y capacidad de estos dirigentes
minoritarios.
Se trata, por tanto, de una fórmula mecánica en la que
los gobernantes suelen cumplir sus compromisos partidarios por encima de los
objetivos y proyectos de las entidades regularmente seleccionada para atender
la clientela que le dio ganancia de causa, en términos electorales. A pesar de
los años, partidos y mandatarios transcurridos, siguen siendo las mismas: ODC,
IDECOOP, Bienes Nacionales, la Lotería Nacional, INESPPRE, INVI, BNV, además de
otras surgidas en las ultimas décadas.
A pesar de formar parte de uno que otro ministerio, las
entidades mencionadas se rigen de manera autónoma, dependiendo en la práctica
del mismo presidente de la República. De ahí que la relación con la instancia
suprema. Situación que, en cierto modo,
los saca del esquema jerárquico estatal. Fuera de control, no pocos
abusan de este privilegio. Corresponde
al jefe del Estado cuidar este detalle.
No importan los escándalos en Bienes Nacionales, esa es
una cuota del PQD y Elías Wessin Chávez. IDECOOP encontró,
afortunadamente, en Pedro Corporán a un
cooperativista de verdad, identificado con la actividad que ha sido parte de su vida. Sin embargo, es
posible que saberse dueño de una cuota inamovible haya limitado las fuerzas e
iniciativas que afloran en los individuos compelidos a ser competitivos y a justificar
la posición ostentada.
Militar, ahora dirigente del Partido Cívico Renovador
[PCR], el general retirado Jorge Zorrilla Ozuna, se estrena como funcionario civil. Su carrera
castrense le augura nuevos logros políticos y profesionales,
rompiendo por supuesto el patrón seguido por
otros colegas, regularmente dormidos en los laureles de sus cuestionados
méritos políticos.
Santo Domingo, R.D., martes, 23 de octubre de 2012.
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