miércoles, 24 de octubre de 2012

¿Qué dirá ella ahora?



Julio Cury

En febrero del 2008, una queridísima dama emparentada conmigo, y me apresuro a aclarar que no fue doña Ana, trató inútilmente de convencerme de que la mejor oferta electoral era Leonel Fernández. Como carecía de motivaciones convincentes, me repetía aquel eslogan del que se valieron no pocos ladrones de cuello blanco y pañuelos perfumados para hipnotizar a este pueblo digno de gobernantes honestos.

Los recursos públicos se estaban volcando entonces en facilidades clientelistas para asegurar, como en efecto ocurrió, la reelección de Fernández. ¿Resultado? El 2008 cerró con un alarmante déficit fiscal de 69 mil millones de pesos; el 2009 con otro de 59 mil millones, el 2010 con otro 57 mil millones, el 2011 con otro de 62 mil millones, y el de este año será de nada menos que de 187 mil millones. Pero más aún, las amortizaciones e intereses de la monstruosa deuda de 14,375 millones de dólares que el país contrajo entre el 2004 y el 2012, empiezan a agobiar la economía del país.

 A decir verdad, el intelectual de Villa Juana orientó el ejercicio del poder para forjar una clientela económica y no política, dejando un balance moral ruinoso. Santo Domingo se convirtió en la meca de los millonarios al vapor, mientras la pobreza popular adquirió dimensiones aterradoras. No será tarea fácil superar la inversión de valores que hoy impera por cuenta de los muchos ejemplos de inmoralidad que nos ofrecieron a lo largo de estos últimos 8 años, pero un primer paso adelante sería liquidando la nefasta tradición de impunidad. Ahora bien, insisto en la pregunta que sirve de título a este artículo: ¿qué dirá ella ahora? ¿Seguirá creyendo que fuimos pa’lante?

Santo Domingo, R.D., miercoles, 24 de octubre de 2012.

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