DE SALUD Y OTRAS COSAS
CESAR MELLA
Yo quisiera tener una bola de cristal y ser adivino
para entrar en el alma de todos los dominicanos y saber de sus sufrimientos, de
sus anhelos y de sus frustraciones.
Acto I
Las elecciones crean ilusiones y expectativas.
Después del 16 de agosto:
De la mitad de los ganadores, el 90% está
inconforme esperando los sombreros prometidos que nunca llegarán.
La otra mitad, los perdedores, está dividida y no
logra ver la luz al final del túnel. Negros presagios se ciernen en estas
parcelas.
Acto II
Sin consultar a nadie el Gobierno propone una
serie de medidas que pudieran generar tal grado de inconformidad y hacer que el
disgusto popular se transforme en protestas de consecuencias imprevisibles.
Acto III
Varios estamentos de las políticas sociales básicas
se han deteriorado:
Los servicios de salud son ineficientes en los
hospitales públicos que siempre están abarrotados.
El agua no llega a la mayoría de los hogares, pero
un grupito la paga.
La energía eléctrica cara, la pagamos unos pocos
y, no obstante, se ausenta.
Foto sup. der: pacientes abarrotan hospitales en busca de salud para sus hijos. Foto inf. izq. pacientes tirados en el pasillo de uno de los hospitales del Estado.
La canasta alimentaria subiendo pero generando
incertidumbres: que el salami contiene materias fecales; que el azúcar tiene
arena; que varios medicamentos circulan falsificados y entran al país de
contrabando; los alimentos que se expenden en la calle y las llamadas aguas
embotelladas están contaminadas con diferentes tipos de bacterias, demostrados
por laboratorios reconocidos.
El costo de las escuelas privadas y los útiles
escolares se incrementaron. Miles de padres sufrieron el golpe.
La migración se ha distorsionado y las remesas se
han invertido. Pongo por ejemplo los dominicanos que regresan desde Europa
derrotados por el desempleo y los dólares que muchos padres y familiares envían
hacia afuera a los nuestros que están pasando trabajo.
Pronto serán veinte mil los que en los últimos 20
años han sido repatriados de otros países por delitos graves y algunos de ellos pululan en nuestras calles
perfeccionando el delito.
En 33 años ejerciendo a diario la psiquiatría no
había visto tantos jóvenes carcomidos por las drogas. Estamos hablando del
producto final del gran parque del narcotráfico instalado en República
Dominicana.
Acto final
Danilo Medina conversa con personal medico del hospital Metropolitano, en Santiago de los Caballeros.
La República Dominicana como organismo viviente,
no se puede decir que está agonizando, sino que
por varios siglos de Administraciones nefastas acumula signos
cancerosos, pestilencias y vagabunderías con complicidades conocidas.
Y en medio de este drama, el paciente en cama le
pregunta al médico: ¿Y ahora, quién podrá defenderme?
Me siento preocupado y no le voy a prescribir a
este enfermo ni ansiolíticos ni antidepresivos, basta ya de tratamientos
paliativos.
Actuemos, pues luego nos lamentaremos todos.
Santo Domingo, R.D., domingo, 14 de octubre de
2012.
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